(VOVworld) – Las diferencias alrededor de la peregrinación de los fieles musulmanes a la Meca han perjudicado las relaciones entre Irán y Arabia Saudita. La administración persa declaró que sus ciudadanos no serán enviados a la ciudad más sagrada del Islam en Arabia Saudita desde junio. Esta acción se califica como “echar leña al fuego” cuando lazos entre Teherán y Riad se encuentran más deteriorados hasta la fecha. 

Por primera vez durante los últimos 30 años no se registran peregrinos iraníes a los sitios sagrados musulmanes de La Meca y Medina. Este problema se debe al desacuerdo entre la nación persa y Arabia Saudita en materia de la garantía de seguridad para los viajeros de Irán, el país con la mayor población chiita del mundo.

Discusiones sin fin en torno a peregrinos

Peregrinos musulmanes se concentran en la casa sagrada del Alá (Foto: premiumtimesng)

Una delegación iraní terminó el 27 de mayo su visita al reino saudí sin ningún resultado en cuanto a la creación de condiciones para el desplazamiento de sus peregrinos a las mencionadas áreas sagradas. La Cancillería de Irán acusó a Arabia Saudita de dificultar la peregrinación de musulmanes iraníes a la Meca creando obstáculos en materia de tránsito, seguridad y visado. Teherán criticó a Riad por agravar la tensión en la región. La organización de la Hajj (peregrinación) iraní afirmó que la política saudí va contra del derecho de los iraníes de regresar a la casa sagrada del Alá. En tanto, Riad consideró inaceptable el criterio de Teherán, le acusó de politizar el deber de cumplir con la peregrinación y advirtió que la administración persa asumirá ante Dios y su pueblo la responsabilidad de privar a sus ciudadanos de cumplir con el tradicional rito de 2016.

Echando una mirada retrospectiva, se podría decir que la acción de Irán emana principalmente de la mortal estampida ocurrida en 2015 en la cual 464 de decenas de miles de iraníes fallecieron. Teherán acusó al gobierno local de irresponsabilidad en la garantía de seguridad para los peregrinos.

La última negociación efectuada el 27 de mayo constituyó el segundo intento de ambos países de alcanzar el consenso en la celebración de dicho ritual para los iraníes. La cita previa concluyó en abril en Arabia Saudita sin acuerdo ninguno.

Altibajos en relaciones bilaterales a lo largo de historia

Miles de musulmanes se reúnen en la Kaaba, en el centro de la mezquita Masjid al-Haram en La Meca, Arabia Saudita (Foto: AP)

Las discrepancias relacionadas con la peregrinación iraní no protagonizan la única tensión entre las dos naciones de Oriente Medio. Durante décadas, sus lazos bilaterales han sido problemáticos debido a la diferencia en las tendencias religiosas. La mayoría de la población persa es chiita mientras los saudíes son principalmente suníes. Estas contiendas han ejercido influencias en los asuntos críticos de la región como las crisis en Siria y Yemen. Arabia Saudita apoya a sus aliados suníes en los enfrentamientos en Yemen y Líbano contra los islamistas chiitas respaldados por Irán. En la guerra de Siria, el reino saudí forma parte de los países más enérgicos en la destitución del presidente Basshar al-Assad, quien recibe el apoyo de la nación persa. De esta manera, Teherán acusa a Riad de patrocinar el terrorismo. En respuesta, la parte saudí critica el acuerdo alcanzado entre Irán y el Grupo P5+1 compuesto por China, Francia, Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania que levanta sanciones económicas impuestas a la nación persa a cambio de la limitación del programa nuclear.

Las diferencias llegaron a la cúspide con el recorte de las relaciones diplomáticas por parte de Riad con Teherán, lo que marcó la crisis más grave entre ambas naciones desde 1980. Con anterioridad, miles de fanáticos iraníes lanzaron artefactos explosivos hacia la embajada de Arabia Saudita en Teherán en protesta por la ejecución del clérigo chiita Shei Nimr al-Nimr. A principios del presente año Riad prohibió los vuelos civiles de Teherán en su territorio aéreo y refutó la entrega de visado a los musulmanes iraníes.

Es claro que los problemas diplomáticos entre Irán y Arabia Saudita nunca han cesado. La prohibición por parte de la administración persa a sus ciudadanos de peregrinar a la Meca ha agudizado las tensiones entre ambos países. Esta discrepancia afectará la lucha contra el autodenominado Estado Islámico y perjudicará la estabilidad regional de por sí frágil.