Persiste el fantasma del terrorismo

(VOVworld) - Hace justamente dos años, el 2 de mayo de 2011, Estados Unidos celebró la muerte del ex líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama Bin Laden a quien se atribuyó la autoría intelectual del ataque del 11 de septiembre de 2011 que estremeció el mundo. A dos años de la denominada “Operación Gerónima” que terminó con la muerte de Bin Laden, y la aniquilación de la guarida de Al Qaeda en Pakistán, sus ramificaciones aun perviven en varias partes del mundo, amenazando directamente la seguridad de Estados Unidos y el resto del mundo. 

En estos momentos, Estados Unidos está reforzando la seguridad nacional. El presidente Barack Obama instó a desplegar todas las medidas posibles para proteger a los ciudadanos norteamericanos. La Embajada de Estados Unidos en Pakistán exhortó a sus funcionarios y empleados a evitar entrar en restaurantes o lugares concurridos en Islamabad. Este jueves en Pakistán también se conmemora el segundo aniversario de la muerte de Bin Laden. 

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Los recientes atentados con bombas en Boston despierta preocupación
por la seguridad ciudadana en Estados Unidos


Al informarse en su momento el pueblo norteamericano y el mundo lo recibieron con alivio. Entonces se pensó que la red Al Qaeda ya no podría perpetrar otros ataques similares a los del 11 de septiembre. Sin embargo, la realidad muestra que después de la muerte de Bin Laden, puede que se logren evitar ataques a gran escala, pero los de menor alcance representan una amenaza cada vez más preocupante. Aunque sin conexión con el mando directo de Al Qaeda, significan un gran reto para las fuerzas anti-terroristas. De hecho, en los últimos dos años, Estados Unidos enfrenta una serie de actividades terroristas dirigidas a sus autoridades y organismos centrales. Y más reciente tuvo lugar el atentado en la Maratón internacional de Boston, en el Estado de Massachussets, el pasado 15 de abril, que despertó una vez más preocupación sobre la seguridad hasta en un certamen deportivo tan emblemático para el país. Y en especial ocurrió en un momento sensible, apenas a dos semanas de conmemorarse la muerte de Bin Laden. Ese 15 de abril se celebraba el Día de los Patriotas, en homenaje a los dos primeros combates en la lucha por conquistar la independencia nacional de los colonialistas británicos a finales del siglo XVIII. Obviamente, los ataques en Boston acapararon la atención del mundo entero. Por añadidura, y pese al deterioro de Al Qaeda, otros grupos terroristas extienden sus actividades en Afganistán, Pakistán y varios países africanos. Tras los grandes cambios políticos en Oriente Medio y el Norte de África, Al Qaeda está formando una amplia red coordinada. 

Las informaciones divulgadas sobre los atentados que ocurren casi a diario en esos puntos candentes demuestran que la muerte de Osama Bin Laden no fue suficiente para aplacar las preocupaciones sobre el terrorismo internacional. La red Al Qaeda y su ideario de Guerra Santa permanecen vivos aún en varias partes del mundo, y es un germen del extremismo en ciertos sectores jóvenes. Se pudo comprobar al analizar la autoría de las explosiones en la Maratón de Boston y su método. Las dos bombas usadas para los atentados de Boston fueron armadas utilizando ollas de presión, al igual que otros artefactos utilizados por extremistas islámicos en Afganistán, India y Pakistán. También fueron empleadas en los ataques a Times Square en Nueva York en 2010. La red Al Qaeda difundió en Internet en 2012 instrucciones para fabricar tales dispositivos explosivos, incitando a sus miembros a aplicar este método en los ataques contra objetivos occidentales. Aunque según las autoridades norteamericanas, las bombas producidas por los atacantes de Boston son de pequeña medida y se trató de ataques internos, sin ninguna vinculación con Al Qaeda, pero es evidente la influencia del sistema ideológico de los terroristas.

Al Qaeda sigue siendo motivo de mucha preocupación entre la población estadounidense, pese a los éxitos en su enfrentamiento y la determinación del gobierno del presidente Barack Obama en prevenir e impedir los actos terroristas. La inestabilidad en el Oriente Medio y en parte de África, y la intervención de las potencias para el cambio de régimen en varios países de esta zona parecen favorecer aún más las operaciones terroristas. Y la lucha antiterrorista todavía está lejos de cumplir su cometido. 

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