(VOVWORLD) - Las declaraciones de los altos funcionarios de Estados Unidos y China y las evaluaciones de los medios de comunicación y especialistas internacionales sobre la posibilidad de que ambos países estén al borde de llegar a un acuerdo comercial, tienen fundamentos. Aunque resulta difícil reducir las diferencias, Washington y Beijing han expresado la disposición de realizar otros diálogos para poner fin a la guerra comercial entre estas dos potencias económicas del mundo.
En las últimas entrevistas concedidas a los medios de comunicación, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo afirmó que su país acordaría con China en una o dos semanas mejorar el equilibrio del intercambio comercial para que Beijing no aplique más impuestos elevados sobre los productos agrícolas de Washington.
Entretanto, el portavoz de la Asamblea Popular Nacional de China, Zhang Yesui afirmó que su nación y otros numerosos países del mundo aplauden los progresos en las negociaciones comerciales con Estados Unidos. De esta manera, se mostró esperanzado en el fortalecimiento de las consultas para lograr un acuerdo más equitativo en beneficio de ambas partes.
Buscan el consenso y aminoran diferencias
En los foros celebrados recientemente, las dos potencias destacaron la necesidad de alcanzar el consenso final según el cual China debe reducir o aliviar los aranceles cargados a los productos agrícolas, químicos y automovilísticos, entre otros artículos de Estados Unidos. Asimismo, Beijing se comprometió a acelerar el levantamiento de las limitaciones impuestas a la propiedad extranjera en los proyectos de producción de automóviles y la reducción del impuesto sobre los importados a menos del 15% aplicado en la actualidad. En cuanto a la disminución del déficit comercial del país norteamericano, el gigante asiático prometió aumentar la compra de mercancías estadounidenses, incluida la adquisición de una gran cantidad de gases naturales valorados en miles de millones de dólares ofrecidos por la compañía Cheniere Energy con sede en la ciudad de Houston.
Entretanto, la Casa Blanca se comprometió a suspender el aumento de aranceles del 10% al 25% contra los productos procedentes de China por valor de 200 mil millones de dólares, además de considerar la revocación de la mayoría de las sanciones impuestas a las mercancías de la potencia económica de Asia, vigentes desde el año pasado.
Estos logros se consiguieron en vísperas de la fecha tope de 90 días de tregua comercial fijada antes de la cita en noviembre de 2018. Ambas partes coincidieron en adecuar el pacto hacia la equidad y los beneficios comunes. En este sentido, las declaraciones de los altos funcionarios de los dos países contribuyeron a reforzar la perspectiva del proceso de negociación entre Beijing y Washington. Cabe la posibilidad de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reúna con su par de China, Xi Jinping el próximo 27 de marzo para lograr dicho documento.
Estados Unidos deja abierta la negociación con China
La guerra comercial entre ambas potencias estalló a mediados de 2018 con una serie de medidas arancelarias de represalia. Hasta la fecha las mercancías sometidas a la carga tributaria adicional superan los 360 mil millones de dólares. Washington ha pedido en repetidas ocasiones a Beijing perfeccionar las leyes de protección de la propiedad intelectual y no exigir la transferencia de tecnologías estadounidenses en beneficio de las empresas chinas, además de terminar el subsidio económico a las industrias y abrir el mercado para los productos norteamericanos. A la vez, Washington requiere a Beijing el incremento de la importación de los artículos de Estados Unidos para reducir el déficit que alcanzó los 417 mil millones de dólares en 2018, según datos de la representación comercial norteamericana.
Se prevé que los problemas principales no se resuelvan hasta la cumbre entre Donald Trump y Xi Jinping a finales del presente mes. De esta manera, se cuestiona si Beijing aceptará las propuestas de Washington sobre la apertura del mercado, la reforma económica y el fin de la demanda de transferencia tecnológica acusada por la Casa Blanca de “coercitiva”. Sin embargo, con los resultados positivos obtenidos en los últimos diálogos, la comunidad internacional estima que tiene fundamentos la posibilidad de que Estados Unidos y China consigan el acuerdo final para acabar con su guerra comercial.