(VOVworld) – Falta sólo un día (el 27 de junio) para que expire el cese al fuego del Gobierno del presidente ucraniano, Petro Poroshenko, considerado como el primer paso de materialización del plan de 14 puntos para la paz en el país. Sin embargo, la situación no tiende a mejorar y está al borde de una crisis más grave.

En el último acontecimiento, apenas después de menos de 24 horas de que entrara en vigor el cese al fuego entre el Gobierno de Kiev y los insurgentes, fuerzas separatistas derribaron un helicóptero del ejército ucraniano, cobrando 9 vidas. Con anterioridad, tuvieron lugar feroces enfrentamientos en las localidades orientales del país.

Mientras los rebeldes acusaron a Kiev de haber realizado una nueva operación de limpieza, el presidente Petro Poroshenko lo atribuyó a las fuerzas insurgentes argumentando que no depusieron sus armas y advirtió de la anulación del cese al fuego y la reanudación de la campaña antiterrorista en el Este de Ucrania. Es claro que el plan de 14 puntos para la paz de Poroshenko, considerado como el primer paso para materializar dicho acuerdo, tiene pocas posibilidades de llevarse a cabo.

Guerra ideológica

Según analistas, aunque el plan del mandatario ucraniano cuenta con novedades positivas, entre ellas, el compromiso de descentralización amplia y profunda del poder, existen numerosos problemas que conducen a su fracaso.

Primero, la crisis en el país no es solamente el enfrentamiento entre los ucranianos, sino una guerra ideológica entre una facción partidaria a Rusia y otra pro Occidente. La inestabilidad se derivó del rechazo de Kiev a la integración nacional en la Unión Europea, considerado como un enfrentamiento Oriente – Occidente en esta nación. Hasta la fecha, Ucrania sigue siendo una batalla entre Estados Unidos y Rusia y su futuro depende del comportamiento de ambas potencias. Mientras Moscú urgió a Washington a presionar a Kiev para poner fin a las acciones militares y promover las negociaciones con las fuerzas de las localidades orientales, la parte norteamericana pidió que el Kremlin no apoye el separatismo ucraniano. Además, Rusia criticó la llamada opresión de Kiev contra los habitantes del Este pero Estados Unidos lo consideró como una medida legal del Gobierno para mantener el orden social conforme a la ley de Ucrania.

Diferencias se agravan

Sin lugar a dudas, este país de Europa Oriental está influenciado por las dos potencias por lo que no puede determinarse su futuro. En este sentido, el plan del presidente Petro Poroshenko que incluye propuestas de diálogo es calificado de “ultimátum”, razón por la que los insurgentes no lo apoyan.

Además, el hecho de que Kiev firme una parte del acuerdo de coherencia económica con la Unión Europea el 27 de junio para reafirmar su compromiso de profundas reformas institucionales, agravará las discrepancias entre el Gobierno y las fuerzas separatistas. Con esta postura, la tendencia pro Occidente de la administración de Poroshenko enfrentará un rechazo más categórico por parte de los federalistas, lo que contribuye a fracasar la firma de dicho acuerdo con el bloque europeo.

Además, se ve más clara la frustración social con los últimos actos de sabotaje fuera de la embajada de Rusia en Kiev luego de la caída de un helicóptero del ejército a consecuencia de un proyectil de los separatistas. Entretanto, numerosas personas dudan sobre el compromiso del presidente Petro Poroshenko acerca de la recuperación de la paz declarada en su campaña electoral.

Cada paso debe contar con buena voluntad

El fin de los choques y el retorno de las facciones a la mesa de negociación para solucionar la crisis en Ucrania son los deseos de la comunidad internacional en la actual situación crítica. La renuncia del presidente de Rusia, Vladimir Putin a una intervención militar transmite una señal alentadora de la paz en el país de Europa Oriental.

Sin embargo, se pregunta si la compostura de Moscú se basa en su buena voluntad o constituye una solución temporal en vísperas de la Cumbre de la Unión Europea, a celebrarse el 27 de junio en la que se considerarán nuevas medidas de sanción económica de Estados Unidos y el Occidente contra Rusia. Por un lado Washington aprecia la posición de Moscú, por otro lado le advirtió de otras sanciones si realiza su intervención militar en Ucrania. En el actual escenario, analistas opinan que la paz para el país de Europa Oriental está lejos de alcanzarse.