(VOVworld) – Han transcurrido casi tres semanas desde que el presidente de Ucrania, Viktor Yanukovych, decidió abandonar el proyecto de Acuerdo Comercial con la Unión Europea para priorizar los estrechos vínculos económicos con su vecino, Rusia, sin que se vean señales de distensión en el plano político del país. Las tensiones persisten cuando el presidente Yanukovych visita Moscú para promover la cooperación bilateral.
A pesar de contar con una economía de gran potencial, Ucrania sigue enfrentando numerosas dificultades como el decrecimiento, la alta tasa de desempleo y el disparo de la inflación. De rubricar el Acuerdo Comercial con la Unión Europea, el país logrará una eliminación de hasta un 98% de aranceles sobre sus productos exportados al mercado de las naciones miembros del bloque, lo que significa un ingreso de unos 500 millones de euros anuales. Sin embargo, Ucrania ha recibido una oferta lucrativa, con decenas de miles de millones de dólares de inversión de inmediato por parte de Rusia. Ante las dos opciones, el presidente ucraniano, Viktor Yanukovych, ha elegido colaborar con Rusia en lugar de con la Unión Europea, una decisión que va en contra del deseo del 50% de los ciudadanos.
La decisión de Yanukovych va en contra
del deseo del 50% de los ucranianos
Tensiones políticas que todavía no han llegado a su fin
Posiblemente, el presidente Yanukovych no anticipó las graves consecuencias causadas por la decisión que tomó hace tres semanas. Sin embargo, la realidad demuestra una situación muy complicada en el país desde entonces. La crisis política y la división nacional desbordan a Ucrania. Miles de ucranianos, enfadados con el rechazo gubernamental de integración con la Unión Europea, salieron a las calles para protestar. Aún, las manifestaciones se intensifican tanto en escala como en grado cuando unas 300 mil personas, en los fines de semana pasada, han rodeado sedes de la Agencia de Seguridad, la Cancillería y el Consejo Central de Elecciones, persistiendo en juicios contra los responsables de la represión el 30 de noviembre, la liberación de presos políticos, entre ellos, la ex primera ministra Yulia Timoshenko, y la disolución del Ejecutivo. Mientras tanto, los simpatizantes del Gobierno también realizaron marchas al lado del edificio del Parlamento.
Para aliviar la situación, el presidente Yanukovych ha suspendido al alcalde de Kiev, Alexxandre Popov, y al subsecretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, Vladimir Sivkovich, bajo la sospecha de que ambos podrían haber violado "derechos constitucionales" de los ciudadanos durante las protestas antigubernamentales. Además advirtió sobre la eventual despedida a los funcionarios encargados de elaborar el Acuerdo de Cooperación Comercial con la Unión Europea y anunció que los documentos que firmará con Rusia en ocasión de su visita no incluyen los relativos al ingreso de Ucrania a la Unión Aduanera. A la vez, el primer ministro Mykola Azarov, descartó la inclinación del país hacia Rusia y otros países miembros de la antigua Unión Soviética. En el último acontecimiento, diputados del Partido de las Regiones del presidente Viktor Yanukovych han pedido a Mykola que remodele el 90% de su Gabinete, sin la dimisión del propio jefe del Ejecutivo.
El senador John McCain habla junto a su colega demócrata Chris Murphy,
y el líder opositor ucraniano Oleh Tyahnybok,
en la Plaza de la Independencia de Kiev
Existe una confrontación Este-Oeste
El rechazo de colaborar con la Unión Europea afecta no solo las relaciones de Ucrania con el bloque regional, sino también con Estados Unidos. El 9 de diciembre, el vicepresidente norteamericano, Joe Biden, mantuvo una conversación telefónica con el presidente Yanukovych para manifestar su preocupación por la situación y mostrar respaldo a la alianza con Europa. Luego, dos senadores estadounidenses, John McCain (republicano) y Chris Murrphy (demócrata) transmitieron a los manifestantes pro Europa el apoyo de la Casa Blanca afirmando que “Ucrania haría mejor a Europa y Europa haría a Ucrania mejor”.
Según observadores, esto expresa implícitamente un enfrentamiento Este-Oeste. Revisando páginas de la historia contemporánea desde que la Guerra Fría terminó, cabe decir que tanto Estados Unidos como sus socios europeos siempre buscan maneras para alejar a los países miembros de la antigua Unión Soviética de la influencia de Rusia y también han logrado la participación de un grupo de ellas en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Sin embargo, Ucrania es uno de los restantes que se mantienen cerca de Rusia, por estrechos vínculos económicos y políticos.
Desde la Revolución Naranja en 2004, Ucrania, de nuevo, experimenta trastornos políticos, y esto plantea un gran desafío para el gobierno de Yanukovych en equilibrar los intereses de las corrientes.