(VOVworld) – Se prevé que los países participantes en el proyecto del gasoducto “Flujo del Sur” se reúnan este martes por primera vez en Bélgica a dos semanas de la declaración repentina del presidente ruso, Vladimir Putin de cancelar esta importante obra. La reunión tiene como finalidad buscar medidas apropiadas para promover el despliegue del proyecto porque su congelación perjudica a todas las partes implicadas. Sin embargo, resulta difícil encontrar con prontitud una solución factible.

“Flujo del Sur” es el nombre del gasoducto concebido según un proyecto financiado por la Corporación rusa Gazprom para exportar gas natural desde el Mar Negro a las zonas central y meridional de Europa que incluyen a Bulgaria, Serbia, Hungría, Grecia y Eslovenia. El ducto tiene como objetivo conectar directamente Rusia con Europa sin pasar el territorio ucraniano. Una vez cumplida la obra, tendrá una potencia inicial de transportación de 63 mil millones de metros cúbicos. Sin embargo, el primero de diciembre, el presidente de Rusia, Vladimir Putin declaró que se cancelaba el proyecto y en su lugar se construiría otro gaseoducto que atraviese Turquía, un país fuera de la Unión Europea.

Perjuicios para las partes involucradas

Según el canciller de Serbia, Ivica Dacic, su país sufrirá grandes pérdidas ya que no tiene más opción que el gasoducto “Flujo del Sur” que pasaría por el territorio ucraniano de por si arriesgado por conflictos bélicos. Serbia invirtió en este programa 30 millones de dólares esperando beneficiarse con el desplazamiento de gas al mismo precio. Por su parte, Austria construyó instalaciones para la conservación de crudo por lo que sufrirá más pérdidas. El exministro de Energía de Bulgaria, Rumen Ovcharov advirtió de la posibilidad de perder hasta 750 millones de dólares en caso de cancelación del proyecto mientras que el ministro de Asuntos Exteriores de Hungría afirmó la necesidad nacional de buscar otra fuente de gas natural para compensar la cantidad que suministra el “Flujo del Sur”.

Además, corporaciones económicas padecerán pérdidas nada pequeñas. Para la empresa Saipem de Italia significará 2 mil millones de dólares, y para las compañías europeas, al menos 2 mil 500 millones de dólares en el contexto en que la Corporación rusa Gazprom invirtió 5 mil millones de dólares en la edificación de las instalaciones en su territorio.

A largo plazo, la cancelación del gasoducto “Flujo del Sur” no sólo modifica el mapa de seguridad energética de Europa en los próximos años, sino también perjudica las relaciones entre la Unión Europea y Rusia e influye en los asuntos internos de este bloque de un modo indeseado por Bruselas.

Proyecto congelado por causa política y financiera

El presidente de Rusia, Vladimir Putin justificó su decisión de cancelar el proyecto porque no ha recibido autorización de Bulgaria, para pasar por su territorio. Según el criterio de Moscú, la Comisión Europea presionó a Sofía para anular el permiso de construcción parapetándose en que el proyecto infringe la ley de competencia y la política de diversificación de fuentes energéticas del bloque europeo. Sin embargo, la razón subyacente reside en la intención europea de evitar la dependencia del gas ruso en el contexto en que ambas partes aplican recíprocamente medidas de sanción económica.

Entretanto, otras opiniones atribuyen la congelación del plan al aumento de los gastos. En 2007, Gazprom planeó invertir 10 mil millones de dólares pero en 2014, esta cifra se dispara a 40 mil millones de dólares, un monto exorbitante para la corporación rusa, la que debe financiar otros proyectos de igual importancia. De esta manera, si mantiene el despliegue del gasoducto “Flujo del Sur”, Gazprom necesita el apoyo del Gobierno de Moscú, lo que es casi imposible en medio de dificultades económicas del país como consecuencia de las sanciones de Occidente. Además, si se dirige el ducto a través del territorio turco a Europea del Sur, el valor de la inversión alcanza solo 10 mil millones de dólares.

Qué oportunidad les dan a las partes implicadas?

Después de la declaración de Putin de cancelar el proyecto, el 6 de diciembre, la corporación Gazprom afirmó que no planeaba reanudar el “Flujo del Sur” porque funcionarios europeos no facilitaban su despliegue.

Sin embargo, en realidad, Bulgaria y Serbia no han recibido la notificación oficial de Moscú. El Gobierno ruso no suprimió el acuerdo intergubernamental con los países participantes en el proyecto. Dmitry Peskov, secretario de prensa del presidente ruso mantuvo silencio sobre la posibilidad de congelar los tratados. Hasta la fecha, sólo el contratista general de Italia, Saipem se le avisó de la cancelación del “Flujo del Sur”.

En tal contexto, Dmitry Baranov, especialista prestigioso de la empresa de gestión inversionista de Rusia, Finam opinó que el proyecto se resucitará si la Unión cambia de parecer. Entretanto, el alto representante de la Unión Europea para la Seguridad Energética, Maros Sefcovic descartó la posibilidad de anular el encuentro con las partes implicadas en el programa, a celebrarse el 9 del corriente mes. El primer ministro de Bulgaria declaró la determinación nacional de promover la construcción del gasoducto “Flujo del Sur” enviando al viceprimer ministro Tomislav Donchev y el ministro de Energía Temenujka Petkov a Bruselas para asistir a la reunión.

La opinión pública duda de la perspectiva del proyecto ya que para desplegarlo, se requiere de una buena voluntad de todas las partes concernientes para superar las diferencias existentes.