(VOVworld) – La polémica entre Estados Unidos y Venezuela tiende a agravarse con medidas de represalia recíproca. La tensión subió de tono a principios de esta semana cuando Caracas dio a Washington un plazo de 15 días para a recortar más del 80% de su personal diplomático en el país bolivariano, que refleja el contexto de dificultades en los esfuerzos comunes para mejorar sus relaciones bilaterales desde la asunción al poder del presidente venezolano, Nicolás Maduro en 2013.
El Gobierno de Venezuela dio un plazo de 15 días para que la embajada de Estados Unidos reduzca su personal de 100 a 17 personas para equipararlo al número de diplomáticos venezolanos en Washington. Con anterioridad, Caracas dispuso el visado obligatorio para los estadounidenses incluidos turistas. A su vez denegó visados para un número de figuras políticas hostiles a Venezuela, entre ellos, el ex presidente George W. Bush y dos senadores. Además, pidió a los diplomáticos estadounidenses solicitar el permiso del Gobierno anfitrión antes de contactar con la oposición venezolana argumentando que con ello se rechaza la injerencia de Washington en los asuntos internos del país. Por su parte, el Gobierno norteamericano calificó de “irreal y sin fundamentos” las acusaciones de Caracas.
En estado permanente de choque
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro enarbola la bandera nacional en la
marcha en conmemoración de el aniversario del "Caracazo" de 1989
Venezuela y Estados Unidos han protagonizado enfrentamientos durante años y las relaciones bilaterales comenzaron a deteriorarse desde que el comandante venezolano, Hugo Chávez asumiera el poder en 1999. Las diferencias políticas entre los dos países persistieron. Hubo ocasiones en que ambas partes dispusieron expulsiones mutuas de funcionarios diplomáticos. Estados Unidos describió a Hugo Chávez como “dictador” mientras que Caracas acusó a Washington de conspiración subversiva para la destrucción intencional de los logros revolucionarios bolivarianos. Dirigentes venezolanos argumentaron que además de sobornar y aprovechar las fuerzas reaccionarias, Washington aplicó una campaña mediática para calumniar a Venezuela con presunto apoyo al narcotráfico y violaciones de derechos humanos para camuflar su intervención en este país suramericano. Desde que Barack Obama asumiera la presidencia de Estados Unidos, ambas partes han hecho esfuerzos para mejorar sus relaciones bilaterales entre los que destaca la reanudación del intercambio de embajadores. Sin embargo, debido a las diferencias relativas a la situación política de Caracas, estos intentos han experimentado recaídas. El último hecho fue el 2 de febrero en que Washington aprobó una resolución para negar visados y bloquear bienes de funcionarios venezolanos a los que acusa de violación de derechos humanos. Además, el Congreso norteamericano adoptó abiertamente la Ley para la Defensa de los Derechos Humanos y Sociedad Civil de Venezuela que según Caracas, forma parte de una campaña de difamación contra los dirigentes principales del país bolivariano. En respuesta, el Gobierno de Nicolás Maduro detuvo temporalmente a 4 ciudadanos estadounidenses sospechosos de espionaje.
Sigue la tensión
El alcalde metropolitano de Caracas, el opositor Antonio Ledezma ha sido detenido
por acusación del acto subversivo contra el Gobierno
Con la depreciación del crudo en los últimos tiempos, la economía venezolana enfrenta numerosas dificultades, lo que provocó oleadas de protesta en el país. Recientemente se registraron 4 lesionados en una manifestación de jóvenes violentos en la ciudad Merida, al suroeste del país. Las protestas a finales de febrero cobraron 9 vidas e hirieron a 140 personas. En esa situación, las relaciones entre Washington y Caracas se encontraban en estado de choque ya que órganos de investigación de Venezuela mostraron la evidencia del financiamiento estadounidense para las manifestaciones en la nación bolivariana.
Efectos negativos para la región
Analistas se preocupan por los impactos negativos derivados de las medidas de represalia entre Washington y Caracas en las actividades de promoción comercial e inversionista. Es claro que las pérdidas no pertenecen sólo a una parte. Venezuela forma parte de los mayores distribuidores de crudo para Estados Unidos con una cantidad promedio de un millón de barriles al día. Además, como dos países influyentes en la región, si los vínculos entre Estados Unidos y Venezuela se agravan, esto perjudicará el desarrollo socioeconómico de los demás estados pertinentes. El actual escenario no alimenta la esperanza de una nueva página de estos nexos bilaterales y obstaculiza el camino de normalización de las relaciones diplomáticas entre ambas partes.