(VOVworld) – La carrera armamentista entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Moscú se acelera luego de la declaración del despliegue de otros 800 soldados y aviones de combate del bloque al este de Rusia. El incidente se produjo varios días después que portaaviones rusos se acercaran a la costa de algunos países de dicha coalición militar. Estos acontecimientos han deteriorado cada vez más las relaciones entre el Kremlin y la OTAN, en detrimento de la estabilidad europea.
Desde la cumbre de la OTAN en julio de 2016, los lazos de la alianza con Rusia no han avanzado para nada, pero sí el reforzamiento militar.
OTAN consolida seguridad defensiva
Soldados de la OTAN en una maniobra militar en Hohenfels, al sur de Alemania (Foto: AFP/VNA)
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Recientemente, Reino Unido confirmó el envío de unos 800 soldados con tanques y vehículos aéreos no tripulados a Estonia a principios de 2017 como esfuerzo de la coalición militar para reafirmar su compromiso de defender a los países bálticos. El número de efectivos supera en 300 al inicialmente previsto. Se trata del despliegue de fuerzas armadas de mayor calibre y a largo plazo de Londres en una de las naciones vecinas de Rusia desde la Guerra Fría. Según informó el Ministerio de Defensa del Reino Unido, sus tropas serán desplegadas en el enclave de Tapa durante 6 meses. Mientras, la OTAN ha preparado 4 batallones para enfrentar la amenaza de Moscú contra sus aliados de Europa Oriental. Esta acción tuvo lugar en medio de una creciente preocupación de la alianza por la posibilidad de que los buques de guerra de Rusia enviados a Siria sirvan para atacar blancos en la ciudad de Alepo.
En tanto, el reforzamiento militar de la OTAN fue rechazado categóricamente por el Kremlin. Su representante en dicha organización, Aleksander Grushko, reiteró el 31 de octubre que Moscú no tolerará esta acción y adoptará medidas de represalia. Según Grushko, la consolidación de la seguridad por parte de Londres para apoyar a sus aliados ha erosionado la seguridad regional. Calificó de “inapropiada” dicha acción argumentando que no se corresponde con el Acta Fundacional OTAN-Rusia de 1997, según el cual no se autoriza a la coalición militar desplegar tropas cerca de la frontera rusa. De hacerse, Moscú debe movilizar fuerzas armadas en el frente oriental para garantizar la seguridad nacional.
Con anterioridad, en la Cumbre de Varsovia efectuada en julio, la OTAN decidió incrementar la presencia militar en el territorio del este del bloque a partir de 2017, enviando allí 4 batallones, cada uno de los cuales cuenta con mil efectivos que se estacionarán de modo rotativo en Polonia, Estonia, Letonia y Lituania. Mientras Reino Unido, Canadá, Alemania y Estados Unidos lideran dichas fuerzas, 24 países aliados de la OTAN prestan su apoyo a las labores de transporte, comunicación y sanidad.
Latente carrera armamentista
Exposición de armas de la OTAN (Foto: AFP/VNA)
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Pese a los últimos acontecimientos, el secretario general de dicha alianza, Jens Stoltenberg, descartó la intención del bloque de enfrentar a Rusia, al mismo tiempo afirmó que no quiere promover una carrera armamentista y lo que ha hecho no es más que consolidar la capacidad defensiva. Sin embargo el criterio de la OTAN no le agrada a Moscú cuando este último consideró en repetidas ocasiones el despliegue de soldados y escudos antimisiles de esa coalición militar como acciones provocativas que amenazan a Rusia. El avance de la OTAN hacia la frontera rusa podría perjudicar la paz entre Oriente y Occidente.
En la actualidad, el Kremlin no permanece en silencio. A principios de octubre desplegó en la provincia de Kaliningrado, ubicada en lo profundo del viejo continente, un sistema de misiles con 500 kilómetros de alcance y ojivas nucleares. Además, la flota de 8 portaaviones del país euroasiático entró ya en la Mancha, estrecho entre el sur de Inglaterra y el norte de Francia. Asimismo, realizó maniobras de gran calibre en la frontera con la OTAN con la participación de miles de efectivos y equipos militares para comprobar la disposición combativa en caso de emergencia.
Las relaciones de Rusia con Occidente en general y con la OTAN en particular se han deteriorado a su nivel más bajo desde la Guerra Fría debido a la crisis ucraniana, incluidas la anexión territorial de Crimea por parte del Kremlin y la guerra en Siria. Analistas estiman que mientras Rusia sufre grandes pérdidas económicas como consecuencia del estancamiento de la cooperación con Occidente, la OTAN es la parte más afectada en materia de seguridad, especialmente en la lucha antiterrorista en Afganistán y toda la región de Oriente Medio, sin contar el enfrentamiento al Estado Islámico en el viejo continente. Por otro lado, el agravamiento de los lazos de Moscú con dicha coalición militar y la Unión Europea perjudica también a todas las otras partes involucradas.