(VOVworld) – La Victoria de la Revolución de Agosto en 1945 es una inagotable fuente de inspiración para las pasadas resistencias de Vietnam. Las lecciones sobre el aprovechamiento de oportunidades, la consolidación de la unidad nacional y la combinación de las fuerzas del pueblo y de la época en aquella gesta son también adaptables a la actual causa de renovación del país.

La victoria y el significado histórico de la Revolución de Agosto en 1945 dan valiosas guías en el camino del pueblo vietnamita hacia el futuro, siempre que se persista en los objetivos de la independencia y del socialismo, por un Vietnam poderoso y próspero.

Aprovechar la oportunidad histórica para realizar la revolución

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial el 3 de septiembre de 1939, los acontecimientos se desarrollaban de manera acelerada y sumamente rápida, tanto en el mundo como en Vietnam. El 28 de enero de 1941, el patriota Nguyen Ai Quoc, o Ho Chi Minh, regresó al país desde el exterior, para preparar la octava Conferencia del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam, que se celebró desde el 10 hasta el 19 de mayo del mismo año. La reunión plenaria del partido afirmó: “La Revolución de Indochina es una gesta nacionalista libertadora”, por lo tanto “la persistencia de la nación y del pueblo se debe anteponer a los derechos e intereses de los grupos o las clases.”

Para maximizar el poder del patriotismo y del nacionalismo y preparar la fuerza para esta causa, el Partido Comunista decidió fundar la Liga para la Independencia de Vietnam (Viet Minh). Este frente no solo permitió agrupar a las masas del pueblo, sino que además marcó un viraje en la dirección del Partido Comunista de Vietnam, potenciando al máximo la sinergia para una gran gesta.

Por otro lado, el Partido Comunista de Vietnam, al precisar con ciencia y arte las contradicciones en las filas enemigas, vaticinó un golpe de estado japonés en Indochina. El 13 de agosto de 1945, Japón aceptó rendirse ante los aliados. El presidente Ho Chi Minh estimó que llegó el momento histórico “único en mil años” para movilizar a los compatriotas de todo el país a la conquista del poder. “No importa si hay que quemar toda la cordillera de Truong Son, tenemos que conquistar a toda costa la independencia y la libertad para el pueblo”, decía. La Insurrección General fue movilizada en todo el país. En solo dos semanas, la Revolución de Agosto triunfó.

Esta victoria es resultado de la acertada dirección del Partido Comunista de Vietnam. El profesor y doctor Mach Quang Thang, de la Academia de Ciencias Políticas Ho Chi Minh, en un reciente seminario sobre la Revolución de Agosto en Tuyen Quang apuntó: “Realizamos una preparación exhaustiva, en línea con el nacimiento del Partido Comunista en 1930, en ensayo general con el movimiento revolucionario Xo viet- Nghe Tinh, de 1930 a 1931, así como en el período de recuperación de la fuerza de 1932 a 1935, o del impulso revolucionario de 1936 a 1945 y especialmente en los años de 1939 a 1945. La planificación asertiva se demostró también en el aprovechamiento de la oportunidad histórica, el dominio de las circunstancias revolucionarias, el cambio de dirección estratégica, la coordinación de los movimientos sociales y la combinación de la fuerza del pueblo con la del mundo. Era una preparación integral, de gran alcance.”

Lección de la unidad nacional adaptable a la etapa de renovación

La resonante victoria de la Revolución de Agosto en 1945 afirma la importancia de la construcción y consolidación de la unidad nacional, considerada como el factor más trascendental. Ese bloque de unidad nacional tuvo como fuerza principal a los obreros, campesinos e intelectuales. Se solidarizaron sin importar de qué etnia provenían, a qué clase pertenecían o qué religión practicaban. Crearon un amplio y fuerte movimiento revolucionario nunca visto en la historia nacional. El doctor Nhi Le, sub editor en jefe de la Revista El Comunismo afirmó que la Revolución de Agosto es símbolo por excelencia de la unidad nacional. “En las tres regiones del país, norte, centro y sur, el pueblo se sublevó para la toma del poder. El consenso popular es la fuerza invencible. Hace más de 600 años atrás, el político y poeta Nguyen Trai sentenció: “Al hundir el barco se da cuenta de la fuerza del pueblo, tan poderoso como el agua”. Más de 500 años después, el presidente Ho Chi Minh dijo: “Bajo este cielo nada es más precioso que el pueblo. En este universo nada es más fuerte que el pueblo. Aquella es la Revolución del pueblo, por y para el pueblo, en el cual residió la raíz del triunfo de esta gesta.”

La unidad nacional no solo tiene significado histórico en la Revolución de hace 70 años, en las dos resistencias contra el colonialismo francés y el imperialismo norteamericano, sino además en la construcción y defensa de la Patria en la actualidad. En medio del complicado contexto regional y mundial,  hoy más que nunca, la fuerza de las masas del pueblo debe ser movilizada y potenciada con frecuencia. El profesor asociado y doctor Bui Dinh Phong, de la Academia de Ciencias Políticas Ho Chi Minh enfatizó: “El consenso del pueblo constituye la muralla más sólida para proteger el Partido comunista, el régimen socialista y la causa renovadora. Por eso, para realizar con éxito el proceso de renovación, ante todo hay que consolidar la confianza del pueblo en el Partido, y este es el factor más importante. Por otro lado, hace falta reforzar el bloque de gran unidad nacional, atendiendo los intereses legítimos del pueblo. Si lo cumplimos, conseguiremos la confianza del pueblo y esta es la base de todo éxito.”

La lección sobre la puesta en alto de la fuerza del pueblo y la de la época en la Revolución de Agosto mantiene sus valores hasta hoy en día, para que el Partido Comunista de Vietnam pueda aprovechar las oportunidades de la historia y llevar adelante el país hacia un desarrollo sostenible.