(VOVworld) – Todo el pueblo vietnamita celebra este lunes el sexagésimo octavo aniversario de la Revolución de Agosto, suceso que dio a luz a la República Democrática de Vietnam, el primer Estado obrero y campesino del Sudeste Asiático. Ya han pasado más de 6 décadas pero la lección de aprovechar el momento oportuno y poner en alto la fuerza del bloque de gran unidad nacional revolucionaria mantiene intacto su valor.
Cabe destacar que el triunfo de la Revolución de Agosto del año 1945 simboliza la fuerza del bloque de gran unidad nacional. Basándose en las aspiraciones de todo el pueblo, el Partido comunista de Vietnam aunó fuerzas para lograr la victoria histórica. Según Pham The Duyet, expresidente del Frente de la Patria, aunque en aquel entonces el partido no declaró su liderazgo, sus 5 mil militantes lograron movilizar a más de 20 millones de compatriotas para hacer una revolución jamás vista en la historia del país. Imágenes del bloque de gran unidad nacional se mostraron más claras en el Congreso nacional dirigido por el Presidente Ho Chi Minh sólo dos días antes del levantamiento general de agosto. A dicha cita concurrieron representantes de diferentes partidos políticos, nacionalidades y religiones, así como de los vietnamitas en el extranjero, para apoya la iniciativa de la insurrección del Partido comunista y la creación de la Comisión para la Liberación Nacional (Gobierno provisional de la República Democrática de Vietnam) liderada por el Presidente Ho Chi Minh.
El Presidente Ho Chi Minh (c.) en el día del triunfo
Al reafirmar que la mejor lección de la Revolución de Agosto del año 1945 radica en la construcción y el reforzamiento de la unidad nacional, el profesor asistente – doctor Nguyen Trong Phuc, otrora jefe del Instituto de Historia del Partido comunista, adscrito a la Academia Nacional de Política y Administración Ho Chi Minh opinó: “La fuerza del bloque de gran unidad nacional forma parte de la política invariable y estratégica del Partido comunista de Indochina desde su nacimiento y coincide con el pensamiento del Presidente Ho Chi Minh. El levantamiento de agosto representa la insurrección de todo el pueblo con la participación de obreros, campesinos, intelectuales, e incluso soldados de la fuerza enemiga, persuadidos de la causa de liberación nacional. Cabe decir que el levantamiento de agosto simboliza también la fuerza del pueblo y la capacidad de liderazgo del Partido comunista y del Presidente Ho Chi Minh”.
El altavoz que se utilizó para llamar al levantamiento general de agosto
Además de la solidaridad, la Revolución de Agosto triunfó gracias a la convergencia de factores objetivos y subjetivos, entre ellos, la determinación del Partido comunista de aprovecharse de una coyuntura única y pasajera. El doctor de historia Pham Xanh compartió: “La rendición de los fascistas japoneses ante las Fuerzas Aliadas el 13 de agosto constituyó una oportunidad de oro para que los países asiáticos hicieran la revolución. Sin embargo, sólo el Partido comunista de Vietnam logró encauzarla para conseguir la victoria. Si hubiéramos realizado la sublevación antes del 15 de agosto, habríamos fracasado porque entonces permanecían en nuestro país fuerzas armadas de Francia, Japón y de otras facciones políticas. Sin embargo, si nuestra revolución se desencadenaba después del 5 de septiembre, fecha en que las Fuerzas Aliadas desarmaban a los soldados nipones en Vietnam cumpliendo el Tratado de Rendición habrían desaparecido las circunstancias apropiadas para el triunfo. En este sentido, materializamos correctamente la estrategia para lograr el control del gobierno en la corta etapa del 15 de agosto al 5 de septiembre”.
Gracias al oportuno aprovechamiento de la fuerza del bloque de gran unidad nacional, el levantamiento de agosto del año 1945 se ha convertido en una revolución relámpago con menos bajas, lo que ha escrito una de las páginas más gloriosas en la historia de construcción y defensa de la patria. Esta victoria ayudó al país a escapar del yugo de los fascistas japoneses y los colonialistas franceses, contribuyó a la eliminación del feudalismo arraigado desde hacía milenios y convirtió al pueblo vietnamita en el dueño de su propio destino.