(VOVWORLD) - El Parlamento de Rusia aprobó el 10 de marzo con un apoyo abrumador la propuesta de enmendar la Constitución nacional, allanando así el camino para que el presidente Vladimir Putin pueda seguir en el poder en dos mandatos más, es decir, hasta 2036. Esta decisión eliminó las dudas anteriores sobre el papel del líder ruso después de que su actual mandato presidencial termine en 2024 y, a la vez, indicó que el país euroasiático todavía necesita su liderazgo.
Con 383 votos a favor, ninguno en contra y 43 abstenciones, la Cámara rusa de Representantes (Duma Estatal) aprobó por unanimidad la reforma constitucional a petición de la congresista Valentina Tereshkova, del partido Rusia Unida. Varias horas después fue aprobada por el Consejo de la Federación (Cámara Alta), con una votación de 160-1 y tres abstenciones.
La votación de la Duma Estatal el 10 de marzo. (Foto: Sputnik) |
Además de una serie de enmiendas, la Constitución revisada incluye una cláusula que reinicia la cuenta de mandatos del líder ruso, de 67 años de edad, con la cual le permite postularse a la presidencia dos veces más.
El borrador necesita el asentimiento de al menos dos tercios de los 83 órganos legislativos regionales del país antes de someterse a un referéndum convocado para el próximo 22 de abril. Sin embargo, se prevé que se logre fácilmente a favor del liderazgo continuo de Putin.
Eliminar el “cinismo”
Hasta la votación del 10 de marzo pasado, hubo muchos rumores y dudas sobre el papel y la posición de Putin después del final de su actual mandato. La mayoría de opiniones cree que seguirá dirigiendo el país de alguna manera, como hizo en 2008 cuando pasó al puesto de primer ministro tras presidir dos mandatos consecutivos de cuatro años, el límite establecido en la versión anterior de la Constitución. Especialmente, tal escenario es reforzado después de que el mandatario propusiera enmendar la Carta Magna a favor de aumentar el poder del primer ministro y el Parlamento, al mismo tiempo que el premier Dmitry Medvedev y su gabinete presentaron su renuncia a mediados de enero.
Otras opiniones apoyaron la posibilidad de que Putin pasaría a liderar el Consejo de Estado (órgano asesor del presidente), en lugar de convertirse en primer ministro. Incluso insinuaron que buscará convertirse en un dirigente supremo, cuyo papel sea superior o igual al del mandatario del país, similar al líder iraní, Ayatolá Khamenei.
Sin embargo, gracias a la votación del 10 de marzo se suprimió completamente la duda sobre el papel de Putin después de 2024 porque es casi seguro que continuará liderando a Rusia como jefe de Estado.
Rusia necesita el liderazgo de Putin
Según analistas, en al menos otra década nadie podrá reemplazar la dirección de Putin en Rusia, país que enfrenta ahora numerosas dificultades derivadas de las políticas de aislamiento y las sanciones impuestas por Occidente, así como de una recesión económica debido a la caída del precio del crudo y los impactos de la epidemia del Covid-19. Estos desafíos recordaron a la gente el contexto en que el país euroasiático se encontraba en 1999, año que Putin comenzó a dirigirlo, y tras dos decenios lo convirtió en uno de los Estados más poderosos del mundo.
Algunos afirmaron que la asertividad, el talento y el amor infinito de Putin por el país harán que Rusia se mantenga firme contra todas las dificultades actuales y futuras. Mientras, otros evaluaron que, en términos del desarrollo nacional durante las últimas dos décadas, el líder ruso tiene absolutamente el derecho de recibir cualquier privilegio, incluida la enmienda de la Constitución para extender su poder. Sin embargo, hasta el momento, Putin aún no ha confirmado si continuará postulándose o no como presidente.