(VOVWORLD) - Rusia y Estados Unidos decidieron el miércoles prorrogar oficialmente por otros cinco años el último tratado de desarme nuclear vigente entre ambas potencias, el Nuevo START. Esta decisión se tomó solo un día antes de la expiración del mismo. La renovación de este acuerdo es el primer paso para que el mundo refuerce el sistema de control de armas nucleares. Sin embargo, es impredecible saber si este acuerdo ayudará a las dos grandes potencias a mejorar sus relaciones.
Misiles balísticos intercontinentales rusos exhibidos en el desfile del Día de la Victoria en la Plaza Roja, Moscú, el 9 de mayo de 2020. (Foto: AP) |
Alcanzado en 2010 por la Administración de Barack Obama y firmado por él mismo junto al entonces presidente ruso, Dimitry Medvedev, el Nuevo START limita el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos principales potencias atómicas en tierra, mar y aire. Según lo programado, el pacto expira hoy, el 5 de febrero de 2021. Sin embargo, ambas partes acordaron el miércoles extenderlo por cinco años más, es decir, hasta el 5 de febrero de 2026.
Eliminar el riesgo de una carrera armamentista
La prórroga del Tratado Nuevo START podría ayudar al mundo a evitar una carrera armamentista entre las dos principales potencias nucleares del mundo. Inmediatamente después del alcance de este acuerdo, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, aplaudió tal decisión y la consideró como una forma para mantener límites verificables en el arsenal nuclear más grande del mundo. Expresó el deseo de que en los próximos cinco años, Rusia y Estados Unidos negocien para reducir aún más el número de armas nucleares que poseen ambos.
Mientras, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) emitió un comunicado afirmando que el Nuevo START renovado contribuye a la estabilidad internacional, y los aliados expresan de nuevo su fuerte apoyo a la implementación continuada de ese pacto y a un diálogo temprano y activo sobre los modos de mejorar su estabilidad estratégica.
El texto añade que la coalición atlántica sigue “determinada de forma colectiva a mantener los acuerdos y compromisos existentes sobre el desarme, el control de armas nucleares y la no proliferación de las mismas. Además, asegura que apoya las negociaciones adicionales sobre el control de armas, con el objetivo de mejorar la seguridad de su organización, teniendo en cuenta el entorno de seguridad internacional imperante. Sus países miembros ven la extensión del tratado como el inicio, no el final, de un esfuerzo para abordar las amenazas nucleares, así como los nuevos y emergentes desafíos a la estabilidad estratégica, comenta la fuente.
Bajo el mandato del expresidente estadounidense, Donald Trump, Washington no estaba interesado en renovar el tratado, argumentado que eso era una injusticia para su país. Por eso, la Administración de Trump había realizado esfuerzos para firmar con Rusia un acuerdo de control de armas a corto plazo, en el cual buscaba congelar todas las ojivas nucleares e integrar a China en este pacto.
Anteriormente, tanto Trump como el actual mandatario Joe Biden no parecían tener prisa por la extensión del Nuevo START, sino más bien al contrario, querían involucrar a otros países con armas nucleares, especialmente a China, en dicho documento.
¿Es una señal positiva para las relaciones Rusia-Estados Unidos?
A corto plazo, la extensión del Nuevo START por otros cinco años permitirá a ambas partes continuar promoviendo sus negociaciones acerca del control de armas, tanto estratégicas como tácticas, nucleares y no nucleares, al tiempo que buscar medidas encaminadas a conseguir una estabilidad estratégica y un posible recorte de armas, con la participación de una tercera parte negociante.
Sin embargo, según expertos, el tratado solo servirá para ayudar al mundo a evitar una carrera armamentista entre las dos potencias nucleares, ya que será difícil que contribuya a resolver los problemas pendientes en sus relaciones.
Tal evaluación se basa en la diferencia de contenido de los comunicados lanzados por el Kremlin y la Casa Blanca. Mientras que la parte rusa dio la bienvenida a la extensión del Nuevo START y expresó el deseo de una mayor cooperación bilateral en otras áreas, como la pandemia del covid-19, la economía y el comercio; la parte estadounidense mostró cautela al afirmar que Washington actuaría resueltamente para proteger los intereses nacionales y respondería a las acciones rusas que perjudiquen a Estados Unidos y sus aliados.
Además, Biden mantuvo una conversación telefónica con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reafirmando los compromisos de su país de mantener la alianza con la OTAN, considerándola como un “bastión contra Rusia”. A partir de ahí, parece que la Administración de Biden no considera la mejora de sus vínculos con el país euroasiático como su máxima prioridad.
De hecho, en las relaciones entre las dos potencias mundiales aún existen muchos desacuerdos por resolverse. Por lo tanto, la renovación del Nuevo Tratado START es solo una señal positiva de que Estados Unidos quiere mantener el statu quo en los nexos con Rusia, a fin de evitar una confrontación directa. Por tanto, es imposible esperar un cambio completo en los lazos entre ambas partes en un futuro próximo.