(VOVworld) - La visita del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, a Egipto centra la agenda de la duodécima Cumbre de la Organización de Cooperación Islámica que se realiza del 2 al 6 de febrero en El Cairo. Este es el primer viaje de un dirigente iraní a la nación de las pirámides desde 1979.  El acercamiento de estos dos países del  Oriente Medio constituye una buena señal para la paz en la región.

Irán y Egipto son dos países que cuentan con la mayor población del Oriente Medio. Sin embargo, las relaciones entre ambos se congelaron después de la revolución islámica en 1979, y especialmente bajo el régimen del ex presidente egipcio, Hosni Mubarak. Con los suníes en mayoría, El Cairo cooperó hasta entonces con otros Estados árabes para aislar a Teherán liderada por los predominantes chiitas. Durante años, Egipto acusó a Irán de apoyar a los miembros de la organización Hezbollah, y de alterar el orden social a orillas de El Nilo, y consideró a Teherán como responsable de la inestabilidad en la región. Sin embargo, desde la caída del dictador Hosni Mubarak y la asunción al poder de los Hermanos Musulmanes en Egipto, aparecieron señales alentadoras en las relaciones bilaterales, entre ellas, la visita del presidente egipcio, Mohamed Mursi, a Irán en agosto de 2012 para asistir a la conferencia del Movimiento de países no alineados. En ese momento, ambas partes restablecieron también embajadas en cada una de sus respectivas capitales. En cuanto a los asuntos regionales, aunque con criterios diferentes en distintos temas como la crisis política siria, el Cairo y Teherán se esfuerzan  por no perjudicar sus lazos en pleno restablecimiento. En fecha reciente el canciller iraní, Ali Akbar Salehi ha visitado al Egipto para discutir sobre la vinculación islámica en el área.

Analistas opinaron que existen razones para el acercamiento de las dos potencias del Oriente Medio sobre la base del respeto a sus propios criterios. Para Irán, la cooperación con Egipto le abrirá un camino para integrarse en el mundo árabe y aliviar las tensiones entre los suníes y los chiitas, mientras, aminorarán el bloqueo y las sanciones de Estados Unidos, Europa y Estados de la propia región. Especialmente Israel en tanto que acérrimo enemigo común de los países musulmanes del Oriente Medio, contribuye también a la consolidación de los esfuerzos de Teherán por restablecer las relaciones diplomáticas con el Cairo.

Entretanto la posición de Egipto se ha deteriorado a causa de su crisis política interna reflejada por continuas y numerosas manifestaciones. Por eso, necesita más que nunca antes mejorar la imagen nacional en la región mediante la diversificación de vínculos regionales, incluido, con grandes países como Irán en aras de lograr un balance político en la zona y reducir la dependencia de EEUU. Además las discrepancias sobre la presencia militar de Tel Aviv para enfrentar a los rebeldes en la península de Sinai constituyen un factor que acerca al Cairo y Teherán.

Cabe destacar que la visita a Egipto por parte del presidente iraní, Admadinejad no sólo abre  oportunidades para impulsar la cooperación bilateral, sino también contribuye a la estabilidad política de los dos países en la región. El cálido apretón de manos entre los presidentes Ahmedineyad y Mursi  después de años de interrupción de vínculos entre Teherán y El Cairo, es una señal alentadora que alberga una esperanza de paz y prosperidad en la región.