(VOVWORLD) - En comparación con 2017, la situación en la península de Corea a principios de este año ha cambiado drásticamente para bien. El presidente estadounidense, Donald Trump, recién anunció estar listo para la primera cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un.
En 2017, las tensiones entre Pyongyang y Washington se dispararon debido a continuas pruebas de misiles, amenazas de guerra y sanciones cada vez más estrictas. Pero en el discurso del Año Nuevo 2018 el líder supremo de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong-un, manifestó la voluntad de dialogar con su vecino, Corea del Sur. Seúl ha aprovechado esta oportunidad para mejorar las relaciones bilaterales y encontrar vías de reconciliación con Corea del Norte.
Inesperados cambios
Luego, dos delegaciones de alto nivel de Pyongyang llegaron al condado surcoreano de Pyeongchang para asistir a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno 2018 allí. En reciprocidad, Seúl envió el pasado 5 de marzo una misión a Corea del Norte. Estas visitas persiguen alcanzar un consenso sobre la desnuclearización y la paz en la región. Durante su reunión con el enviado surcoreano, Kim Jong-un manifestó su “firme voluntad” de mejorar los vínculos con Seúl y “escribir una nueva historia de la reunificación de la Patria”. También acordó celebrar un encuentro con Moon Jae-in. Afirmó que está abierto a la desnuclearización si se garantiza la seguridad de su administración, además de comprometerse a evitar el uso de armas nucleares o convencionales contra Corea del Sur. Asimismo, propuso realizar “sinceras conversaciones” con Estados Unidos sobre una posible desnuclearización y la normalización de relaciones diplomáticas. Se trata de un claro cambio de perspectiva de Pyongyang, puesto que antes siempre rechazó discutir el tema de programa nuclear en cualquier escenario.
Entretanto, la aceptación de las negociaciones por parte del presidente norteamericano sorprendió a la comunidad internacional, especialmente después de sus muchos anuncios de guerra en 2017. Se espera que la cita directa entre Donald Trump y Kim Jong-un abra nuevas oportunidades para conseguir la paz final en la península coreana.
Quedan dudas
Analistas políticos internacionales acogen con reservas la viabilidad de los próximos encuentros entre Kim Jong-un y los mandatarios de Corea del Sur y Estados Unidos. Por lo pronto, ningún medio de comunicación oficial de la República Popular Democrática de Corea ha publicado informaciones al respecto. La única noticia sobre estas cumbres apareció el 10 de marzo en el diario japonés Chosun Sinbo, pero se desvaneció un día después. Mientras, el periódico Rodong Sinmun, órgano oficial del Partido del Trabajo de Corea, destacó que la capacidad de disuasión nuclear es necesaria para proteger al país de las amenazas de Estados Unidos y que este es un tema fuera de toda discusión.
Por otra parte, Pyongyang todavía no ha respondido la propuesta de su vecino de permitir a los empresarios visitar la zona industrial conjunta de Kaesong, cerrada desde febrero de 2016.
Mientras, Washington condicionó la reunión del presidente Donald Trump con el líder norcoreano a que este renuncie a sus ambiciones nucleares.
En general, la situación en la península de Corea está mejor que en 2017. No obstante, es muy temprano para ser optimista respecto a una posible solución que satisfaga a todas las partes.