(VOVWORLD) - El presidente francés, Emmanuel Macron, iniciará mañana su visita oficial de tres días a China. Acompaña al mandatario galo la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen. Vale la pena mencionar que se trata de la segunda visita oficial consecutiva al gigante asiático por parte de líderes europeos en solo una semana, lo que refleja la preocupación especial de Europa con China, la segunda economía más grande del mundo y cuya influencia es cada vez más elevada a escala global.
Según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, la visita del presidente francés, Emmanuel Macron, transcurrió del 5 al 7 de abril, por invitación de su presidente Xi Jinping. Sin embargo, lo que más interesa al público es que este viaje se realizó pocos días después de la visita a Beijing del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y también pocos días antes de la esperada visita del Alto Representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, y la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock.
Los analistas evaluaron que las visitas consecutivas de líderes y altos funcionarios europeos a China no son una coincidencia, sino que suceden a raíz de muchos cálculos estratégicos y ambiciosos.
Cálculos de Europea
La serie de visitas a China de los líderes europeos se promueve en un contexto en que el conflicto entre Rusia y Ucrania sigue teniendo un profundo impacto en toda Europa en diversos aspectos, especialmente en esferas como seguridad-defensa, economía y energía. Mientras tanto, China muestra su creciente influencia a escala global, especialmente en términos de diplomacia y economía. Además, Beijing fortalece sus estrechos lazos con Moscú, país que ha sufrido gran presión por parte de Europa, Estados Unidos y sus otros aliados a través de miles de sanciones y embargos relacionados con la crisis en Ucrania. Por otro lado, las relaciones Europa-China han estado en un nivel bastante bajo desde 2019, cuando la UE identificara públicamente al gigante asiatico por primera vez como un “rival sistémico”. Por eso, numerosos líderes europeos consideran “necesaria” la mejora de las relaciones bilaterales para adaptarse al nuevo contexto.
De esa manera, los observadores creen que las últimas visitas de líderes europeos a China conllevan cálculos claros, especialmente en lo que respecta a la crisis en Ucrania. En consecuencia, Bruselas quiere persuadir a Beijing para que reduzca su apoyo a Moscú y le presione a poner fin a su campaña militar en Ucrania. Además, Europa quiere fortalecer la cooperación multifacética con la nación asiática, en parte porque sirve al primer objetivo relacionado con la crisis ucraniana, y también porque quiere lograr los grandes beneficios económicos y comerciales que puede traer China, país que actualmente es el mayor socio comercial de la UE.
Al comentar el conflicto ruso-ucraniano durante su visita a China a fines de marzo, el jefe de Gobierno español, Pedro Sánchez, también le pidió al presidente chino, Xi Jinping, que tenga más diálogos con su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky. Por su parte, funcionarios europeos han expresado en repetidas ocasiones el interés en la propuesta de paz de China con 12 puntos para solucionar el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Desafíos y prospectos
Según los analistas, es comprensible el cálculo de Europa hacia China en el contexto actual. Sin embargo, la capacidad de lograr los objetivos establecidos no está garantizada, especialmente en lo que respecta a Rusia y la crisis en Ucrania.
En primer lugar, sobre las relaciones chinas y rusas, el presidente Xi Jinping, acaba de realizar en marzo una visita oficial a Moscú donde mantuvo conversaciones con su par anfitrión Vladimir Putin. Allí, las dos partes emitieron una declaración conjunta en la cual consideran como opción estratégica la consolidación y profundización de las relaciones bilaterales y afirman que esta elección se basa en la situación de cada país y no se verá afectada desde el exterior.
Mientras, para resolver la crisis en Ucrania se requiere una fuerte voluntad política de todas las partes involucradas porque este es un problema complicado y con la interferencia de muchos países, incluidos la UE y Estados Unidos.
Sin embargo, con su creciente prestigio internacional, especialmente la intermediación entre los archienemigos Arabia Saudí e Irán, China se considera capaz de ejercer una influencia positiva en el proceso de resolución de conflictos.
En un comunicado a fines de la semana pasada, el Alto Representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, estimó que “China tiene la capacidad de crear condiciones favorables para promover la solución del conflicto de Ucrania”.
Por su parte, el jefe de la delegación china ante el bloque continental, Fu Tong, también afirmó que Beijing está dispuesta a unirse a la UE para impulsar el proceso de paz en el país eslavo.