(VOVworld) - Autoridades de alto nivel de Estados Unidos y China se reúnen el 10 y 11 de julio en el quinto Diálogo estratégico y económico en Washington. Se estima que el diálogo, que sigue a la visita del presidente chino Xi Jinping a Estados Unidos el mes pasado, ofrezca una oportunidad a las dos partes para limar asperezas y encaminarse a un nuevo modelo de relaciones de “países grandes”.
Según fuentes de la Embajada de China en Estados Unidos, dirigentes de 20 ministerios de ambos Estados analizarán temas de seguridad, política, economía y finanzas en los ámbitos bilateral, regional y global. En vísperas del Diálogo, analistas observaron que Beijing y Washington comenzarán a sentar las bases para el nuevo modelo de las relaciones de países grandes, un concepto retomado por el mandatario chino, Xi Jinping en su anterior reunión con su par Barack Obama. Sin embargo, se considera que ha de ser un camino espinoso a causa de diferendos, tanto viejos como recién surgidos, que impiden la definición e implementación del tipo de vínculo entre estas dos potencias.
El vice primer ministro chino, Wang Yang (d), y el secretario estadounidense
del Tesoro, Jack Lew (i), conducen discusiones de finanzas durante el Diálogo
El primer obstáculo radica en la economía y comercio. Nadie puede negar el aumento espectacular del intercambio comercial entre Estados Unidos y China, cuyo valor se multiplicó en 198 veces en los últimos 34 años desde el establecieron lazos diplomáticos. Solo en los últimos cinco años, paso de 270 mil millones de dólares a cerca de 500 mil millones. Sin embargo, el crecimiento demasiado rápido del comercio exterior también se traduce en disputas y desconfianzas. Por otro lado, existe una gran brecha entre los dos países. Los inversores estadounidenses enfrentan limitaciones en materia del derecho de autor impuestas por las autoridades chinas a unos 90 sectores. Mientras tanto, las compañías chinas interesadas en buscar oportunidades de negocios en Estados Unidos están inquietas por los eventuales riesgos derivados de las decisiones desfavorables del Congreso norteamericano o que exportaciones sean rechazadas por razones de seguridad. Además, la valorización del yuan (moneda china), un tema de prolongadas disputas, también pone trabas a las transacciones comerciales entre estas dos grandes economías.
La problemática seguridad informática representa también un motivo de discordia para las relaciones entre Estados Unidos y China. De acuerdo con un reciente informe de la Comisión supervisora estadounidense sobre la violación de la propiedad intelectual, la economía norteamericana sufre cada año una pérdida de unos 300 mil millones de dólares, debido a ciberataques extranjeros a gran escala, provenientes principalmente de China. Mientras que este tema sigue inconcluso, la situación se torna más tensa tras revelaciones del ya famoso exanalista de inteligencia Edward Snowden, sobre un programa ultrasecreto de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, que tiene entre sus blancos el sistema de ordenadores de la Universidad de Tsinghua en Beijing y la Universidad de Hong Kong. La parte china espera recibir en este Diálogo estratégico una explicación satisfactoria de Estados Unidos al respecto. En tanto, según fuentes del Departamento de Estado norteamericano, Washington desea que las dos partes se concentren en los robos de datos comerciales y de otras propiedades intelectuales. Por otro lado, la venta de armas por Estados Unidos a Taiwán es causa de tensión en los nexos militares de estas dos primeras potencias mundiales.
Una serie de problemas en la actualidad regional y mundial ejercen impactos significativos en los vínculos bilaterales, tales como la desnuclearización de la península coreana y los conflictos territoriales en el Este de Asia. Estados Unidos se declaró neutral en las disputas territoriales y negó ser mediador, al mismo tiempo llamó a las partes a resolver los contenciosos por la vía pacifica para evitar las previsibles influencias negativas en la libre navegación en la región. Sin embargo, China estima que la política de reequilibrio que pretende aplicar la administración de Barack Obama en Asia ha sido y es una palanca para otros países frente a China.
Todo parece indicar que el establecimiento de un nuevo modelo de relaciones entre países grandes se encuentra en fase exploratoria. La falta de una confianza estratégica entre las dos partes es una característica destacada y también la debilidad principal de estos lazos. Los encuentros cumbres y los contactos de alto nivel entre Estados Unidos y China no pueden superar este punto débil y este Diálogo estratégico no es una excepción, sin embargo se espera que les permita a aminorar los malentendidos que puedan conducir a una ruptura. Analistas estimaron que las relaciones China- Estados Unidos caminan hoy por una senda más equitativa tras la reunión del mes pasado entre sus dos mandatarios con fuertes compromisos de ambas partes. El respeto mutuo y la colaboración deben ser la conciencia común de los gobiernos y pueblos de ambos países en el camino hacia un nuevo modelo de las relaciones bilaterales y esta es la expectativa que pone la opinión pública en este Diálogo estratégico.