El Parlamento de Israel aprobó el 15 de octubre los acuerdos para normalizar las relaciones con los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin (Foto: AFP/VNA)

En los últimos tiempos, se han registrado señales positivas sobre la atmósfera pacífica en Medio Oriente, especialmente después de que Israel firmase un acuerdo de paz con dos países árabes, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin, en Washington (Estados Unidos) el 15 de septiembre.

Cambios positivos

El 22 de octubre, Israel y Bahréin firmaron un acuerdo para permitir el despliegue de 14 vuelos comerciales por semana entre Manama (capital bahreiní) y el aeropuerto internacional de Ben Gurion (Israel). El canciller israelí, Gabi Ashkenazi, dijo que el pacto creará una ola de crecimiento empresarial, económico y turístico, y afirmó que Tel Aviv abrirá los brazos de la paz con otros países de la región.

 De hecho, el convenio aéreo entre Israel y Bahréin se logró solo dos días después de un acuerdo similar entre el país judío y los EAU. Además de dicho documento, ambas partes suscribieron otros tres, incluida la exención de visados para ciudadanos de los dos territorios. En concreto, los EAU propusieron abrir oficialmente la Embajada nacional en Tel Aviv “lo antes posible”, un gran paso para materializar con fuerza el acuerdo destinado a normalizar las relaciones bilaterales.

Sin embargo, el acontecimiento más notable fue que el Gobierno de transición de Sudán dijo el 22 de octubre que el primer ministro sudanés, Abdalla Hamdok, estaba listo para normalizar los vínculos con Israel. Ese mismo día, fuentes israelíes anunciaron que una delegación de su país se desplazó a Sudán para debatir el plan de normalización de los nexos bilaterales.

Inmediatamente después, numerosos especialistas declararon que Sudán podría convertirse en la próxima nación después de los EAU y Bahréin en normalizar las relaciones con Israel.

Pasos cautelosos

Con estos acontecimientos positivos, se puede afirmar que se está extendiendo una atmósfera de paz y reconciliación en Oriente Medio. Sin embargo, algunos expertos se mantienen cautelosos y señalan que por muchas razones, la comunidad internacional todavía necesita trabajar más por la paz en esta región.

En primer lugar, los acuerdos de paz que ya se alcanzaron y se están impulsando entre Israel y dichos Estados árabes, no han recibido el apoyo y el consenso de todos los países de la región, entre ellos la feroz oposición de Palestina, uno de los procesadores de la paz en Oriente Medio, así como de Irán y Turquía, dos países influyentes en la zona.

Las tensiones en las relaciones entre Estados Unidos e Irán en torno a cuestiones nucleares y la inestabilidad en Palestina, Siria, Líbano, Iraq y Libia pueden también provocar efectos adversos en el establecimiento de una atmósfera pacífica en la zona.

Además, se debe mencionar que los fuertes impactos de la pandemia del covid-19 están distrayendo la atención de la comunidad regional y mundial para la cuestión de paz en Medio Oriente. Parece que es difícil generar un impulso lo suficientemente fuerte como para poder lograr una paz integral y duradera en esta región.