(VOVWORLD) -
La tensión entre Estados Unidos e Irán recientemente ha sido elevada
debido a sus medidas de represalia recíprocas. Esta situación, junto con
la crisis en el Oriente Medio, causa preocupaciones por el futuro del
tratado nuclear entre el Grupo P5+1 y Teherán.
El presidente estadounidense, Donald Trump (i) y su homólogo iraní, Hassan Rouhani (Foto: AP)
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En el último suceso, el pasado día 22, la Casa Blanca informó que el presidente Donald Trump firmaría la nueva ley sobre sanciones adicionales contra Irán, junto con Rusia y Corea del Norte, si el país persa no liberaba ni devolvía a los ciudadanos norteamericanos detenidos. Con antelación, dos antiguos agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), así como un graduado de Princeton con nacionalidad estadounidense, fueron capturados en Irán por ser sospechosos de espionaje. El último, recientemente fue condenado a 10 años de cárcel. El Gobierno de Teherán rechazó la petición norteamericana de liberación de estas personas, argumentando que no tiene ningún derecho de intervenir ante las sentencias judiciales iraníes y condenando a Washington por entrometerse en los asuntos internos de su territorio.
La semana pasada, Estados Unidos impuso nuevos castigos económicos contra 18 individuos y entidades iraníes, relacionados con su programa de misiles balísticos, el apoyo militar a la Guardia Revolucionaria y la vinculación con una organización criminal transnacional. Según la Casa Blanca, Teherán también apoya “las atrocidades” del presidente Bashar al Assad en Siria, el programa de misiles o “la continua hostilidad hacia Israel”, empeorando así la crisis en la región. Por su parte, Irán dijo que el acuerdo militar firmado en mayo último entre Estados Unidos y Arabia Saudita es una amenaza para su nación. Posiblemente por esta razón, la administración iraní dio inicio el sábado último a una línea de producción masiva de un nuevo tipo de misil, denominado Sayyad-3. De acuerdo con su ministro de Defensa, general Hossein Dehghan, este proyectil tierra-aire tiene un alcance de aproximadamente 120 kilómetros y está destinado a alcanzar amenazas aéreas a altitudes de hasta 27 kilómetros. Todos estos hechos han agravado la tensión entre los dos países.
Calentamiento de las relaciones bilaterales
De hecho, los nexos Estados Unidos-Irán pasaron un breve tiempo de calentamiento después de la rúbrica en julio de 2015 del tratado nuclear entre Teherán y el Grupo P5+1 que incluye Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania. El documento marcó un hito histórico tras 12 años de intensas negociaciones, en el cual la primera parte limita el desarrollo de sus centrales atómicas a cambio del levantamiento de las sanciones de la segunda. Si esto se considera como un éxito del mandatario Barack Obama por evitar la posesión de bombas nucleares de Irán y una guerra inesperada en el Golfo Pérsico, su sucesor constantemente lo critica y aboga por medidas más duras contra la nación persa. No solo valora el texto como el peor de la historia, sino también intenta retirar su país de éste.
Hasta ahora, después de dos supervisiones, la administración de Trump certificó que Irán cumple el pacto nuclear pero sus esfuerzos no son suficientes, por eso, quiere revisar nuevamente el tratado de manera más integral.
Añaden más tensiones en el Oriente Medio
De esta manera, se puede decir que Estados Unidos está jugando a “dos caras” con Irán. Por un lado, trata de aumentar las presiones sobre Teherán y por otro lado, mantiene el acuerdo nuclear. Entretanto, Irán ha advertido seriamente que reserva el derecho de adoptar medidas de respuesta si Washington no cumple con lo acordado. Según los observadores, la tensión entre las dos naciones será más profunda, lo cual requiere muchos contactos bilaterales en lo adelante.
El pacto nuclear entre Irán y las seis potencias mundiales, tras muchas intensas negociaciones para poner fin a la grave crisis regional en los años 2000, está frente a amenazas de ruptura. Mientras, los conflictos entre Estados Unidos e Irán aumentan la inestabilidad en el Oriente Medio, que en realidad ya está lleno de enfrentamientos.