(VOVworld) – 14 años después de que el expresidente de Estados Unidos, George W.Bush promoviera la guerra contra el terrorismo en Afganistán, el 7 de octubre de 2001, este país de Asia Meridional se encuentra todavía en la inestabilidad. Para los habitantes locales, el panorama de paz parece estar lejos de alcanzar.
La inestabilidad de Afganistán se demuestra en la economía deteriorada, el avance de los insurgentes talibanes y el aumento del número de seguidores del Estado Islámico en diferentes localidades.
El presidente de Afganistán, Asraf Ghani
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Desde el primero de enero de 2015, fecha en que las fuerzas de seguridad de Afganistán asumieron las tareas traspasadas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), los enfrentamientos en esta nación no han cesado. Contrario a las declaraciones optimistas de las tropas norteamericanas en 2014 sobre la situación afgana luego de la aniquilación exitosa de la red terrorista Al-Qaeda en Afganistán y Pakistán, y el reforzamiento de un ejército afgano capaz de defender el país, carecen de bases principales para el desarrollo nacional. La situación se agravó a través de los ataques regulares del talibán contra blancos civiles y fuerzas de seguridad. Aunque el presidente de Afganistán, Asraf Ghani ha exhortado en repetidas ocasiones a negociar y participar en el proceso político del país, esta facción político-militar no lo considera. Su líder declaró no tomar parte en los diálogos de paz mientras haya la presencia de tropas extranjeras en el territorio nacional. Recientemente, por primera vez en los últimos 14 años, unos mil insurgentes talibanes conquistaron la ciudad de Kunduz, capital de la provincia homónima en el norte de Afganistán, frente a más de 7 mil soldados del gobierno desplegados allí. Esto evidencia la incapacidad de Kabul en la solución del actual caos y la insistencia del talibán en el derrocamiento de la administración en el poder.
El escenario empeora con el aumento del número de individuos y grupos que prestan lealtad o el apoyo al Estado Islámico en numerosas localidades. Fuentes de la ONU revelaron que un 10% de las fuerzas talibanes respaldan al Estado Islámico. Además, el gobierno ha detectado el uso de imágenes simbólicas de los yihadistas y el apoyo a esta organización en 25 de las 31 provincias afganas.
En el actual escenario, apareció la división gubernamental. La oposición considera incluso aprovechar la Constitución Nacional para destituir al actual presidente y realizar las elecciones anticipadas. Esta intención se demuestra en el rechazo del Parlamento a la candidatura de Masoom Stanekzai al cargo de ministro de Defesan, lo que ocasionó que el presidente Asraf Ghani no pudiera tener un gabinete completo después de 9 meses en el poder.
Recesión económica y pobreza
Migrantes afganos en Europa
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En 2015, el mundo ha presenciado la oleada migratoria desde Asia y África hacia Europa. Se prevé que los afganos ocupen el 36% de los migrantes, equivalente a 153 mil personas, tras Siria con el 38%. Cabe destacar que la mayoría de los migrantes de Afganistán son jóvenes, quienes abandonan su tierra natal por motivo de seguridad y el deterioro económico. En la última década, Kabul fracasó en el desarrollo económico, agravado por la reducción de la asistencia extranjera y los acuerdos de construcción y logística, lo que aumentó la tasa de desempleo. Por esta razón, la juventud nutre el sueño de una mejor vida en Europa.
En Kabul, el 80% de la población en los asentamientos temporales carecen de acceso al agua potable y servicios sanitarios. 9 millones de los 29 millones de personas viven en pobreza con un ingreso diario de un dólar. Entretanto, cerca de dos tercios de los adultos afganos son analfabetos, un 15% más alto del nivel promedio de los países menos desarrollados del mundo. Además, según informes de la ONU, se registró en Afganistán un incremento sin precedentes del cultivo de opio en 2014. El contrabando de drogas no sólo reporta enormes beneficios al talibán y otros grupos insurgentes, sino también agrava la corrupción y la delincuencia.
A 14 años de la promoción de la guerra antiterrorista, Afganistán enfrenta todavía inestabilidad política y socioeconómica. Cabe decir que un futuro prometedor y pacífico para este país sigue siendo una quimera.