(VOVworld) – Ucrania comenzó hoy la presentación de los candidatos a la presidencia, tras la precipitación de los acontecimientos de la la última semana. Se inicia así el proceso electoral para la consulta por los votos en mayo próximo, considerada como un paso importante hacia la distensión y la estabilidad nacional, y el acercamiento a la Unión Europea. Sin embargo, ¿podrá Ucrania lograr esta meta con una economía en recesión y una sociedad tan dividida?
El presidente interino de Ucrania, Alexandre Turchinov, aseguró que la tarea primordial de su equipo ahora es poner fin a los conflictos, restablecer el orden en el país y garantizar la paz y la tranquilidad para su pueblo, prohibiendo todo tipo de pugna interna y venganza personal. Se enfocó además en mejorar la economía nacional y avanzar hacia la integración europea.
El presidente depuesto Victor Yanukovich, denunció que lo acontecido
en Ucrania es un golpe de Estado, en una cinta de video
difundida el 22 de febrero
Evidentes riesgos de inestabilidad social
Después de lo acontecido, miles de ucranianos salieron a las calles de la ciudad portuaria de Sebastopol, en un creciente ambiente de preocupación por un supuesto colapso de esta ex república soviética. Los manifestantes corearon insignas como “fascistas usurparon el poder en Kiev”. Ante las perspectivas de que Sebastopol pueda convertirse en un nuevo punto candente de los movimientos separatistas pro ruso, algunos países como Estados Unidos, Alemania, Francia y Polonia llamaron a Ucrania a arreciar las medidas para mantener la integridad territorial.
Según estimaciones, el escenario de inestabilidad en Ucrania sigue en la perspectiva futura de ese país, cuya sociedad sufre desde hace tiempo una profunda división, caracteriza por una tendencia marcada por el apego a Rusia y la otra en pro de un mayor acercamiento a Occidente. En los últimos 20 años, es muy visible el choque de posiciones entre la región oriental allegada a Rusia y el oeste pro Occidental.
En este contexto, ninguna fuerza que ascienda al poder, aunque por medios electorales, ganará el apoyo de la mayoría absoluta. Esto significa que Ucrania solo puede restablecer la estabilidad por algún tiempo bajo la gobernación de cualquier representante de las dos partes, implicando además una etapa de vaguedad en cuanto a la línea exterior.
Por otro lado, se han experimentado amargas desilusiones ante las irreales perspectivas de desarrollo del país que prometió la pasada Revolución Naranja que vivió Ucrania en 2004 con el modelo de la democracia prooccidental. De hecho, lo que trajo fue tan solo una incertidumbre política, con gobiernos divididos, una economía estancada, y rupturas en las relaciones internacionales.
La líder opositor Yulia Timoshenko aparece ante la multitud
tras ser liberada
Economía ucraniana: dificultades acumuladas
En lo inmediato, Kiev enfrenta una insolvencia inminente. Las deudas soberanas de este país, alcanzaron los 73 mil 100 millones de dólares en 2013, aumentando en un 13% en relación con el 2012 y representando más del 30% del Producto Interno Bruto. Según se prevé, al final del segundo trimestre de 2014, Ucrania deberá pagar 3 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional. Además, con un déficit presupuestario superior al 8%, el pago oportuno de Kiev sin apoyo exterior, parece una misión imposible. Mientras tanto, el derrocamiento del presidente Victor Yanukovich por los opositores hizo desvanecer la ayuda de 15 mil millones de dólares que Moscú ofreció anteriormente.
Autoridades ucranianas informaron el 24 de febrero que Kiev necesitará una asistencia urgente valorada en 35 mil millones de dólares y solicitaron a los donantes occidentales que convoquen en las próximas dos semanas una conferencia internacional para analizar un plan de rescate financiero para Ucrania.
Y para colmo, el primer ministro ruso, Dimitry Medvedev, anunció la víspera que la prórroga del acuerdo de gas entre las dos partes debe ser negociado entre las compañías ucranianas y su gobierno, y que Rusia no tratará con individuos, puesto que se trata de las relaciones entre las dos naciones. Obviamente la declaración del premier ruso no predice nada favorable, pues anteriormente el mismo Medvedev afirmó que Moscú desconfia de la legitimidad del actual gobierno de Ucrania y que el reconocimiento del mismo por parte de algunos países es un error.
El ministro ruso de Economía, Alexei Ulyukayev advirtió a su vez de la posible elevación de las tarifas de importación a los productos ucranianos, si Kiev firma el acuerdo de asociación con la Unión Europea. Hasta ahora Rusia ha sido un mercado trascendental para Ucrania.
Kiev enfrentará además un previsible aumento del valor del gas del actual precio de 268,5 dólares por mil metros cúbicos, que Rusia firmó con la anterior administración de Victor Yanukovich. Este valor en realidad se redujo en un tercio del nivel de 400 dólares que debió pagar Kiev desde 2009.
Entre tanto, la esperanza de la firma de un acuerdo de cooperación con la Unión Europea solo se materializará después de las elecciones presidenciales de Ucrania el próximo 25 de mayo.
En este contexto, varios países occidentales prometieron apoyo a Ucrania. Sin embargo, parece que Kiev necesita ayudas inmediatas más que promesas.
Sin duda, Ucrania se encuentra ante dificultades integrales, tanto políticas y económicas como sociales. Resolver estos retos es una tarea ardua para cualquier fuerza política en el poder en este país de Europa Oriental.