(VOVworld) - “El futuro de Europa en la economía global”, este el tema de una Conferencia inaugurada este jueves en Londres, Reino Unido. El objetivo es la búsqueda de medidas y acciones concretas para resolver la crisis de la deuda soberana, que ya entra en el tercer año consecutivo dentro la Unión Europea y su decadencia económica cada vez más grave. Al parecer, esta sigue siendo una cuestión sin solución pese a los esfuerzos de los dirigentes europeos. El dilema es cómo llevar al viejo continente a su órbita de crecimiento. La falta de consenso en cuanto a las políticas es unas de las causas de esta situación embarazosa, así lo estiman los analistas.
La Unión Europea enfrenta muchos retos por la decadencia económica
de la eurozona
El informe de primavera publicado a principios de este mes por la Comisión Europea acentúa la gama gris del cuadro económico dentro de la zona euro. Las señales negativas emiten alarmas sobre la nueva gran recesión. Una de las muestras más claras de este riesgo es la tasa récord de paro en Europa, que alcanza ya el 12,1%, en especial, en Grecia y España, países en los que la cifra de desempleados superó el nivel de Estados Unidos en la gran recesión de los años 30 del siglo veinte. Mientras tanto, en Francia y en Alemania, los dos países que gozan de un buen estado de salud de la Unión Europea, los ingresos del sector automovilístico, su industria de punta, disminuyeron en un 20% en el primer trimestre del 2013. En los Países Bajos, las deudas de consumo se incrementaron en un 250% en cuanto al ingreso bruto. Por su parte, el valor industrial de Italia experimentó una reducción del 25% en el último lustro, mientras que el índice del endeudamiento público sobre el Producto Interior Bruto, aumentó en un 136%. En España, el número de empresas declaradas en quiebra aumentan en un 45% respecto con el año anterior. Las operaciones comerciales del sector privado en la eurozona permanecen deficientes. Otro señal preocupante se refleja en el crecimiento del valor de las cuentas de cobro dudoso en la Unión Europea desde 2007, que es del 150%.
Estas cifras dejan claro que la recesión económica integral se desata en toda la Unión Europea y su propagación al ámbito mundial es más que posible. La pregunta es si las políticas financieras son eficientes, o cómo se manifiesta la efectividad de las mismas y el impacto de la implementación de un país en otros estados del bloque europeo. Muchos señalan la política de austeridad como una de las causas del agravamiento de la decadencia económica de los 27. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, reconoció recientemente que el apoyo de los ciudadanos a las medidas de austeridad ha tocado su fin, lo que se demuestra en las manifestaciones masivas en toda la región. Por lo tanto, la Comisión Europea decidió aflojar un poco el cinturón, con la aprobación de la prolongación del lapso del déficit presupuestario en algunos países miembros. Sin embargo, la Directora General del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dijo que no hay otro remedio distinto a los recortes que se aplican en toda la Unión Europea. Los programas de estímulo parecen ser inviables, ya que aumentarán el lastre de las deudas soberanas. Esta ausencia de consenso se puede comprobar con los criterios opuestos de los países de la Unión Europea en la consideración de los problemas económicos del bloque. En la Conferencia Cumbre de la Unión Europea, celebrada la víspera en Bruselas, Bélgica, los líderes del bloque no encontraron una voz común en cuanto a política energética y las medidas contra la evasión fiscal, asuntos en que los líderes del bloque pusieron muchas expectativas para crear un paso de apertura y preparar el camino hacia la adopción de las grandes decisiones destinadas a romper el actual estancamiento. Alemania, Italia, Reino Unido y Francia mostraron su apoyo al proyecto del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, de construir un mecanismo de intercambio de información bancaria de ahora hasta finales del año, con el objetivo de impedir la perjudicadora evasión fiscal. Mientras tanto, Austria y Luxemburgo rechazan enérgicamente esta propuesta. Irlanda, país que asume la presidencia rotativa de la Unión Europea, emitió una postura prudente al estimar que el bloque europeo debe negociar con terceros países para evitar una competencia desigual. Así mismo, en cuanto a la cuestión energética algunos estados respaldan el desarrollo del carbón, como Reino Unido, Hungría, Polonia y España, pero otros representantes, entre ellos Francia, se oponen a este plan por los posibles problemas medioambientales. Por eso, en el borrador de la declaración de la Cumbre, los dirigentes europeos se limitan a llamar a la aprobación de las estipulaciones sobre el intercambio automático de informaciones de cuentas de ahorro antes del cierre de este año y a una mayor transparencia de los aranceles de importación de energía.
Obviamente, la diferencia entre los miembros de la Unión Europea rompe el plan inicial del bloque para generar consenso en la solución de los problemas comunes. A la economía europea le espera un futuro oscuro, ya que en el presente no se han visto señales de superación de las barreras surgidas de la protección de los intereses propios de sus países miembros.