(VOVWORLD) - Ngo Van Dau es un agricultor y empresario de Phu Thanh, una comuna en la provincia sureña de An Giang. Apasionado por su trabajo, también le gusta compartir su riqueza con las personas necesitadas.
Ngo Van Dau es un agricultor laborioso y filantrópico
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Nacido en el seno de una familia pobre en una región acceso y escasos recursos, Ngo Van Dau trabajó con el mayor de sus esfuerzos para ganarse la vida y labrarse un buen futuro. Ahora posee más de 20 hectáreas al servicio de la piscicultura que le aportan más de 85.000 dólares cada año. Emplea a 18 personas que cobran cada una alrededor de 217 dólares al mes, sin contar a otros cientos de trabajadores según la temporada del año. Además de la piscicultura, que es su principal fuente de ingresos, tiene 9 hectáreas de tierra cultivable que alquila a otros para financiar sus actividades humanitarias.
El agricultor siempre está dispuesto a ayudar a los demás. Su caridad comenzó muy pronto. Al principio, compartía un poco de arroz o daba algo de dinero a sus vecinos. Dau explicó: “Nuestra comuna es remota. La vida aquí es muy dura, todos dependemos de la agricultura. Mi mayor deseo es hacer que la vida de mis compatriotas sea menos difícil. Así que decidí comprar un vehículo para transportar a los enfermos al hospital. También deseo construir un cementerio. Con esto, mi esposa y yo queremos dar ejemplo a nuestros hijos. Trabajamos duro, pero siempre pensamos en ayudar a los demás”.
Dedica dos vehículos suyos a servir a los enfermos pobres en su localidad
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En 2009, cuando su familia empezó a tener una vida más confortable, Ngo Van Dau decidió comprar el primer vehículo al servicio de sus vecinos de la comuna de Phu Thanh. El automóvil costó más de 20.000 dólares. Dau lo puso a disposición de los aldeanos de forma gratuita. En 2017, compró otro por más de 30.000 dólares. También da dinero a los familiares de los pacientes y a las personas pobres con motivo del Año Nuevo. Este agricultor filantrópico también contribuye a financiar todas las construcciones de interés público de la comuna.
Su esposa, Tran Thi Nguyet, lo entiende perfectamente. Durante toda su vida, solo quería tres cosas: ganar dinero para ayudar a los pobres, proporcionar transporte gratuito para los enfermos y construir un cementerio a los más necesitados. Ella dijo lo siguiente: “Antes de hacer cualquier cosa, mi esposo siempre habla con la familia. Le apoyamos todos. No piensa en sí mismo y se entrega totalmente a lo que considera útil para la sociedad. Todo lo que puedo decirle es que se cuide de él mismo”.
El 2011 fue un año difícil para el cultivo de los peces Pangasius (Tra). Los ingresos de Ngo Van Dau se redujeron, pero no renunció a sus actividades humanitarias. Al contrario, compró cuatro hectáreas de arroz para alquilar con el deseo de aumentar el “fondo de caridad”. En 2017, compró cinco hectáreas más, lo que significa que ahora tiene nueve hectáreas de tierra cultivable de alquiler. La renta anual es de 13.000 dólares. Lo reserva enteramente para actividades humanitarias y sociales. Dau donó más de mil metros cuadros y más de 21.000 dólares para rehabilitar el cementerio comunal. Sus contribuciones le han merecido en dos ocasiones los premios del Primer Ministro, la Asociación de Agricultores de Vietnam y el Comité Popular de la provincia de An Giang. Pero para él, la mayor recompensa reside en haber encontrado su razón de ser, la felicidad familiar y el amor de sus vecinos.