(VOVworld) – Nacido con malformaciones congénitas a causa del agente naranja/dioxina, Le Van Trung forma parte de la segunda generación de víctimas del defoliante monstruoso. Soporta con dificultad a diario las consecuencias de la guerra, pero no ha escatimado esfuerzos para superar los dolores físicos y tener una vida valiosa.
Le Van Trung se supera para progresar y ayudar a las personas en situación similar
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Durante la Guerra de Vietnam, entre 1961 y 1971, la localidad de Quang Tri, ubicada en el centro del país, fue una de las más afectadas por las enormes cantidades de herbicidas rociados por el ejército estadounidense. Eran sustancias tóxicas porque contenían en su mayor parte el agente naranja, que ha causado daños irreversibles y a largo plazo para la salud de los veteranos y sus descendientes. En aquel tiempo, la familia de Le Van Trung vivía en la zona de combate y desafortunadamente, él ha sido contaminado con la dioxina. Nos ofreció su testimonio: “Nací en 1977 y desafortunadamente contraje la polio debido al agente naranja. Mi familia no tenía dinero, tuve que dejar mis estudios en el sexto grado. Con el apoyo de ella y de mis amigos, hice esfuerzos para seguir una formación profesional. Gracias a esto, puedo vivir con mi fuerza de trabajo, aliviando en parte las dificultades económicas de mi familia.”
Trung tiene gran dificultad para caminar, debido a una pierna paralizada. Durante años, siempre ha tratado de hacer trabajos de acuerdo con su estado de salud. Fue capaz de sobrevivir con las actividades de soldadura, servicios de desgranar el arroz y de cría de cerdos. Es importante destacar también que antes de unirse con quien se convertiría en su esposa, nunca había pensado en casarse. Temía tener hijos por el riesgo de que ellos también fueran contaminados y deformados. Trung contó que su esposa le convenció de esta manera: “Ella me dijo que no le importaba lo que los demás iban a pensar de mí, porque soy bueno y ella me amaba. Este comentario me hizo más fuerte cada día, y me ayudó a lograr los frutos que conseguí hoy. ”
Después de casarse, en el 2006, Trung pidió prestado mil millones de dongs (45 mil dólares) para comprar una excavadora, un camión y varios vehículos de construcción de carreteras, en vista a unos contratos con empresas constructoras. Dijo al respecto: “Yo nunca me imaginé que podría tener una vida hermosa como es la mía ahora, porque mis abuelos y mis padres eran muy humildes. Me las arreglé para salir de la pobreza, y toda mi familia está feliz por mí.”
Trung no es sólo un hombre esforzado y valiente. También tiene un gran corazón y está dispuesto a ayudar a los pobres de su comunidad: “Alquilo mi equipo a personas discapacitadas por un precio muy modesto. También les doy consejos para desarrollar sus actividades económicas. La Asociación de víctimas vietnamitas del agente naranja/dioxina alabó mis acciones. Estoy orgulloso.”
Hacer todo lo posible para ayudar a los demás y vivir de manera útil es el credo de Le Van Trung. El presidente de la Asociación provincial de víctimas del agente naranja/dioxina, Le Van Dang, estimó: “Trung ahora tiene la capacidad de abrir un pequeño negocio. Le va bien en la vida, y contrata a trabajadores locales para ayudarles a estabilizarse.”
Con una voluntad de hierro y el amor incondicional de su esposa y de su familia, Le Van Trung ha superado su invalidez para revertir el curso de su existencia. Asimismo, sus incansables esfuerzos y su gran bondad le convirtieron en una persona excepcional.