Patriarca abanderado en el fomento económico en Lao Bao

(VOVworld) – La creación de la fortuna del patriarca Ho Thanh Binh en la cabecera Lao Bao, provincia Quang Tri, es diferente a la de otras numerosas personas. La pobreza de sus vecinos en la aldea Ka Tang era la motivación de sus emprendimientos por desarrollar la economía cuando llegó la edad de jubilación. Reflexionó que para ayudar a los vecinos a salir de la pobreza, ante todo su familia debía abanderar el fomento económico.

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El patriarca Ho Thanh Binh intercambia con vecinos experiencias para desarrollar la economía familiar y mejorar la vida


En las conversaciones con el patriarca Ho Thanh Binh, lo que más impresiona de este anciano de 85 años de edad es su inteligencia, además del dinamismo y sonrisa efusiva. Durante los más de 20 años pasados, con su laboriosidad y la de los demás habitantes locales, Ka Tang de haber sido un territorio lleno de hierbas, bombas y minas dejadas por la guerra, se ha convertido en una tierra fértil con el  inmenso verdor de plantas y una vida confortable. Ho Thanh Binh abanderó todos los movimientos y enseñó a los lugareños a fomentar la economía.

“Movilicé a los aldeanos a cultivar yuca y plátano, para tener ingresos continuos en lugar de sembrar arroz. Numerosas familias trasplantaron otros árboles para mejorar sus vidas. Ahora, en el poblado solo quedan algunos hogares pobres, pero no sufren hambre.”

Para tener una vida suficiente, como la de hoy, durante más de dos décadas pasadas él y  los otros miembros de su familia trabajaron incesantemente. Ante todo, Binh y sus hijos se concentraron en transformar la tierra desierta en cultivable, ya que la zona donde su familia reside era considerada por los Van Kieu como terreno de mala calidad. Sin embargo, su familia la transformó en una finca con plantas frutales y estanque de peces para mostrar al pueblo que su anterior reflexión y enfoque estaban atrasados.

“Se dice que aquí la tierra es caliente y estéril, si alguien vive en ella enfermará. Comprendo que fue una visión atrasada, ya que el suelo resulta fértil. Resido en este lugar y no veo nada anormal. Transformé la tierra y los vecinos me siguieron.”

Con la tierra transformada, Ho Thanh Binh empezó a fomentar la economía. Gracias a las experiencias sacadas de los viajes a otras localidades, decidió cultivar  yuca, plátano y guacia en una loma detrás de su casa. Una gran extensión de terreno fue aprovechada por él para cultivar arroz, plantas frutales y criar animales domésticos. También excavó un estanque para criar peces y tortugas de mar. Con su laboriosidad, aprendizaje de experiencias de cría, cultivo y asistencia a las clases de transferencia científico-técnica, los ingresos crecieron incesantemente. La hacienda de su familia se desarrolla cada día más y se ha convertido en un sueño de muchas personas.

 “Ante todo, crié tortugas y obtuvo mil 200 millones de dongs. En el año siguiente, debido a que los  quelonios padecieron enfermedades, solo logré 800 millones de dongs. Luego, por la avanzada edad dejé de dedicarme a la cría de tortugas. Ahora, crío carpas y tilapias y las recojo mensualmente. Desde el momento en que no crié tortugas, los ingresos disminuyeron y obtuve de 70 a l00 millones de dong al año. Actualmente tengo 2 hectáreas de yuca y 5 hectáreas de otras plantas como el árbol de fruta de pan y mango.”

Lo realizado por Binh hizo que los vecinos cambiaran paulatinamente la forma de pensar y trabajar. Ellos le pidieron orientación sobre el cultivo de plantas y cría de peces controlados para evitar enfermedades. Todas sus dudas fueron evacuadas detalladamente por él. Además, les ayudó con posturas de árboles y animales domésticos, compartió sus experiencias de labranza y les concedió préstamos sin interés. Gracias a su ayuda, numerosos hogares del villorrio cuentan con una vida suficiente y no se preocupan por la escasez de alimentos en vísperas de las cosechas. Ho Van Kha, vecino de Binh, dijo:

“Sigo a Binh en cultivar yuca, plátano y excavar un estanque para criar peces. Estos trabajos fueron determinantes y la economía de mi familia mejoró notablemente.”

  Aunque es muy viejo, Binh todavía no piensa en descansar. Por el contrario, sigue trabajando abnegadamente. La fortuna de Ho Thanh Binh es un sueño para muchos habitantes locales. La imagen del anciano con su vieja camisa, que ayuda diariamente a los pobres de la aldea, se graba en la mente de los pobladores de Ka Tang, quienes siguen aprendiendo  de sus experiencias para liberarse de la pobreza y disfrutar de una vida mejor.

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