(VOVworld) -La señora Phan Thi Tuyet Mai, vicepresidenta del Frente de la Patria y Jefa de la Brigada de Voluntarios Sociales del barrio Long Tuyen, distrito Binh Thuy, ciudad Can Tho, es llamada cariñosamente por los jóvenes como Má Mai (Madre Mai). Desde hace tiempo ha considerado la ayuda a los niños que enfrentan dificultades el motivo de su alegría.
Desde hace más de 20 años, diariamente Phan Thi Tuyet Mai ha llegado en bicicleta a los lugares de la comuna para realizar trabajos comunitarios. Es una persona dinámica y fervorosa, por lo tanto ha cumplido excelentemente todas las tareas para con las personas desafortunadas. Nguyen Thanh Son, presidente del Comité Popular del barrio Long Tuyen, distrito Binh Thuy, Can Tho, informó: “Gracias a los aportes de la Brigada de Voluntarios Sociales, lo referente a la seguridad y orden se estabiliza ahora. Algunos jóvenes que cometieron errores fueron ayudados por la señora Tuyet Mai con posturas de plantas y animales para que pudieran fomentar la producción, incorporarse a la comunidad y participar en trabajos sociales de la localidad. Es una persona de edad avanzada prestigiosa y apoyada por el pueblo.”
Encuentro de miembros de la Brigada de Voluntarios Sociales
Como un barrio suburbano, Long Tuyen tiene muchos jóvenes y pioneros que se entregaron a los vicios y están contagiados del VIH. En numerosas familias los padres murieron, dejando a sus hijos pequeños. El acceso a los sujetos con malas costumbres para movilizarlos y transformarlos en hombres sinceros es un trabajo muy difícil. Sin embargo, la señora Mai no escatimó esfuerzos, persistió en acceder a ellos y recibió la ayuda de los mismos padres y parientes. “No me desanimé y pedí la ayuda de sus tíos, hermanos mayores y parientes. Ante todo, sostuve encuentros con las madres de cada niño vicioso y le expliqué que debía darle la oportunidad de corregir su error. También le dije que tenía que cooperar con los cuadros y la administración local para educar y convencerlos.”
De esta manera Mai se convirtió en madre de muchos hijos y les orientó a practicar una vida sana en la comunidad. Su sueldo no es mucho, pero vive sola con unos 5 mil metros cuadrados de huertos y está dispuesta a ayudar a las personas equivocadas a rehacer sus vidas. Como una verdadera madre, además de su trabajo diario, fue a distintos lugares para movilizar y recopilar ropa, arroz y otros alimentos. Las donaciones fueron clasificadas para entregar a niños huérfanos, hogares próximos a la pobreza, enfermos y desempleados. Numerosos jóvenes abandonaron la droga y volvieron a sus casas. Algunos se casaron, tienen hijos y atienden de todo corazón su felicidad que antes creían fuera del alcance. Las sonrisas ya se abren en las caras tristes y silenciosas de antes. Un drogadicto que abandonó el vicio y se convirtió recientemente en padre, está muy satisfecho de su actual felicidad, compartiendo: “Esto es suficiente para mí y trato de atender la vida y el estudio de mi hijo. También debo hacer más esfuerzos para que me escuche, no cometa errores y sea mejor que yo.”
La señora Phan Thi Tuyet Mai entrega asistencia a los alumnos necesitados
Con sus trabajos silenciosos Mai ganó el amor de los habitantes del barrio y recibió numerosos diplomas de distintos niveles entre ellos el del Ministerio de Trabajo, Inválidos y Asuntos Sociales por sus éxitos especiales en la prevención y lucha contra la droga, la prostitución y el VIH/SIDA. A pesar de muchos trabajos siempre se muestra alegre como en su juventud. Ella dijo: Mis éxitos se deben al entrenamiento desde el tiempo de la guerra en la cual realicé la labor de enlace. Ahora, aunque estoy ocupada, me siento muy alegre por la pequeña felicidad de mis hijos, lo cual me reporta a mí una gran felicidad de llevar una vida verdaderamente significativa.