(VOVworld) – “Dong chong xia cao” es un medicamento oriental apreciado en el mundo que solo existe en altas regiones montañosas de Tíbet, China y tiene alta eficacia en el tratamiento de graves enfermedades como el cáncer y la diabetes. Solo algunos países poseedores de alta biotecnología pueden multiplicar estos hongos. Sin embargo, en Vietnam, con sus instrumentos biológicos rudimentarios, un estudiante de poco más de 20 años logró hacerlo desde 20ll.
Ngo Kim Lai concede entrevista a la Voz de Vietnam
Ngo Kim Lai de 23 años de edad es director de la compañía Nam Ta (Hongos Domésticos) en el distrito 8 de Ciudad Ho Chi Minh con un capital de miles de millones de dong. Esta entidad produce “Dong chong xia cao”, talofitas medicinales y comestibles. Además de estudiar e investigar en la universidad, el sencillo joven pleno de sueños que se graduará pronto de la Escuela de Industria Alimentaria, está muy ocupado por la gestión de su compañía y va en moto diariamente recorriendo decenas de kilómetros al establecimiento de producción en el distrito suburbano de Cu Chi. Por la noche imparte clases gratuitas a los niños.
Su tierra natal es la provincia central de Phu Yen y 5 años atrás su familia se mudó a Ciudad Ho Chi Minh. En ese tiempo, su madre tuvo que trabajar como empleada para que él pudiera estudiar en la facultad universitaria de alimentación. Un año después la dejó para conseguir mediante exámenes ingresar en la especialidad de biotecnología del mismo centro superior. Desde ese momento, además de impartir clases para ganar dinero y ayudar a su madre, Lai siempre estaba presente en el laboratorio de la Universidad con el deseo de buscar algo propio de valor económico para que su familia saliera de la pobreza y prosperara. A principios del segundo curso en 20ll, empezó a indagar sobre “Dong chong xia cao” y decidió cultivar esta planta medicinal que podía traerle beneficios. “Al principio por curiosidad, inquirí y poco a poco comprendí que esta seta tiene alto valor económico y en muchos lugares no se puede cultivar. Por el desconocimiento me arriesgué a hacerlo. Si es ahora, no me atrevo a investigar este musgo. Lo más difícil fue buscar las posturas”, dijo Lai.
El chico persevera en su investigación para cultivar “Dong chong xia cao”
y vender este hongo precioso el mercado
Pese a fracasar en conseguirlas en el país, Lai no se desanimó y entró en facebook, buscando a los cultivadores de “Dong chong xia cao” en China, Corea del Sur, Tailandia y Singapur. Por último, encontró un banco de géneros microbiológicos de Japón a un precio de 250 dólares por un paquete de talofitas. A través de sus amigos en Facebook compró 2 paquetes y empezó a estudiar y multiplicarlos. Convirtió su habitación en laboratorio y el pasillo en dormitorio. Los instrumentos biológicos fueron comprados o fabricados por él mismo. “Por el desconocimiento en la transportación y conservación fallé en la primera recepción de posturas. Realmente me decepcioné porque perdí todo el dinero invertido. Entonces dediqué todo el capital que tenía a conseguir dos especies de hongos”, reveló el chico.
El joven estudiante aplicó todos los conocimientos aprendidos y hasta se olvidaba de comer y dormir para cultivar “Dong chong xia cao”. Debido a la falta de la máquina productora de oxígeno, durante una semana Lai tuvo que sacudir el vaso de multiplicación cada hora para suministrar el oxígeno a las setas. El continuó: “En ese tiempo aunque tenía mucho sueño, no me permití dormir, porque ésta era mi vida y logré éxito. Luego empecé a crear un ambiente propicio para que las setas crecieran. Realicé numerosos experimentos en más de cien vasos de cristal. Hubo días en que realicé cien ensayos.”
Ngo Kim Lai chequea cuidadosamente las setas antes de venderlas
Tras un año de arduo estudio y experimentación Lai triunfó y no pudo expresar la impresión que le producía. “Me sentí muy contento al ver los musgos creciendo. Cuando todavía no germinaba, “Dong chong xia cao” tenía el color blanco y cuando salieron los brotes, la planta adquirió el color rosado. Esto fue increíble para mí. La alegría aumentó cada día acorde al desarrollo de los hongos”, añadió Lai.
Con dicho resultado Lai no se arrepintió por haber abandonado una facultad para estudiar la biotecnología de la Universidad de Industria Alimentaria de Ciudad Ho Chi Minh hace 4 años. El apuntó: “No pienso que he triunfado. No soy un hombre talentoso ni “arrojado”, pero para lograr éxito se necesita la laboriosidad. Al determinar una orientación se debe seguir hasta final a pesar de los desafíos con la confianza de alcanzar el triunfo. Para mí un resultado nunca será suficiente y siempre debo dedicar el máximo de mis esfuerzos.”
El “Dong chong xia cao” de la empresa Nam Ta satisface el estándar nacional
Después de tener éxito, él y su hermano mayor llevaron productos a verificar en el Instituto de Alimentos Funcionales de Vietnam y estos alcanzaron o superaron el valor farmacéutico del “Dong chong xia cao” natural. Gracias a la ayuda del padre de su alumno y sus l0 amigos, Lai fundó su propia compañía titulada Nam Ta. También es la primera persona que inscribió el derecho de propiedad intelectual para el proceso de cultivo de estos talos en Vietnam. Próximamente lanzará al mercado los primeros productos con la marca “Dong chong xia cao” Kim Lai. El joven investigador desea que los vietnamitas consuman las setas “hechas en Vietnam” de alta calidad y precio aceptable.