El monje superior Thich Le Hieu (Foto: phunuvagiadinh.vn)

Thich Le Hieu nació en Giao Hoa, una comuna unida al distrito de Chau Thanh. Después de estudiar budismo en la provincia meridional de Tien Giang y Ciudad Ho Chi Minh, fue asignado a la pagoda Van Duc en 2010. Durante su permanencia allí, descubrió que algunos padres pobres abandonaban a sus recién nacidos en su recinto. Profundamente conmovido por esta situación intolerable, decidió crear el centro de Duc Quang para recibir y cuidar a los menores abandonados o huérfanos, una iniciativa autorizada por el gobierno local.

Gracias a las donaciones de personas bondadosas, este establecimiento ahora alberga a un centenar de niños, de unos pocos meses a 12 años de edad y les brinda atención, nutrición y educación. La señora Pham Thi Tho, es una de los donantes. Esta mujer decidió donar a la pagoda una de sus hectáreas cultivadas de longans para ayudarle a obtener ingresos dirigidos a pagar el coste de vida de los desafortunados. Recientemente, algunos infantes del centro sufrieron una enfermedad. Thich Le Hieu y otros miembros de su pagoda no dudaron en cuidarlos sin importar día y noche. El venerable dijo: “Creo que los monjes observan los preceptos del Buda, según los cuales deben esforzarse por ayudar a los seres humanos, especialmente las personas con escasos recursos económicos”.

Además de mantener las actividades de su centro, en los últimos años, el monje Thich Le Hieu ha participado activamente en los programas de caridad de la localidad, como la construcción de casas de solidaridad y depósitos de agua dulce para los hogares pobres, así como la distribución de regalos a los niños desfavorecidos. Ansioso por mejorar las condiciones de vida de los lugareños, este dignatario budista ayudó al gobierno local a movilizar fondos por 6 mil millones de dongs (26.400 dólares) para construir caminos rurales. Nguyen Huu Tho, presidente del Comité Popular de la comuna de Tam Hiep, estimó lo siguiente: “El monje superior Thich Le Hieu es un magnífico ejemplo de generosidad y altruismo. Apoyamos completamente sus acciones humanitarias a favor de los pequeños abandonados. Aparte de eso, nos ayuda activamente a recaudar fondos destinados a la construcción de casas de solidaridad y la distribución de regalos a los menores en ocasión del Día Internacional de Infancia y la Fiesta del Medio Otoño”.

Su gran compasión y su notable gesto han inspirado a la comunidad social. Pham Thi Ngoc Huong, una devoto de la pagoda Van Duc, expresó: “Conozco al superior bonzo Hieu desde hace muchos años. Él tiene un gran corazón y es un verdadero benefactor de los niños y del municipio”.

Con sus esfuerzos en el trabajo social, el venerable Thich Le Hieu tuvo el honor de recibir muchos certificados de mérito otorgados por los organismos. No obstante, su mayor felicidad es ayudar a los infantes desafortunados a convertirse en ciudadanos útiles e involucrados en el desarrollo del país.