Tran Thi Mai Linh, “la rosa de acero” de la neurocirugía en Vietnam

(VOVWORLD) - Tanto en Vietnam como a nivel mundial la neurocirugía es una especialidad que ha estado ejercida fundamentalmente por hombres. Pero en el salón de operaciones del hospital de Cho Ray, al sur de Vietnam, numerosas intervenciones quirúrgicas craneales han sido llevadas a cabo por la neurocirujana Tran Thi Mai Linh. Sus colegas la llaman cariñosamente “la rosa de acero”, ya que con la cabeza fría y el corazón caliente las operaciones que realiza terminan con éxito, logrando así salvar la vida de muchos pacientes que se encontraban al límite de la muerte. 
Tran Thi Mai Linh, “la rosa de acero” de la neurocirugía en Vietnam - ảnh 1La neurocirujana Tran Thi Mai Linh. (Foto: Hospital de Cho Ray)

- El problema está en la fosa esfenopalatinapero entonces el tratamiento para este caso es de nuestra disciplina. 

- Así vamos a tener que realizar ambas operaciones a la vez.

- !Correcto!

- Me encargaré de abrir el cráneo, usted va de abajo para arriba, de esta fosa para la otra, y luego acabaré de arriba para abajo. ¿Cierto? 

Esa fue una de las muchas consultas interdisciplinarias en que participó la neurocirujana Tran Thi Mai Linh cuando acababa de salir de una reunión de su especialidad. Han transcurrido 14 años de desempeño en el sector sanitario, pero la pasión y las energías de la doctora Mai Linh parecen inagotables.

Desde la formación profesional en la universidad y durante los internados, la doctora Mai Linh mostraba su preferencia por la neurocirugía. Para ella, el cerebro humano es un enigma que la ciencia todavía necesita descifrar y esto la motivó a ser partícipe de ese proceso.

Según Linh un buen neurocirujano, además de estar en un constante proceso de aprendizaje y desarrollo, necesita ser meticuloso y detallista. De cada paciente la galena busca conocer sus antecedentes familiares, las características laborales y sus hábitos, y de ese modo mejora los tratamientos. 

“En el Departamento de Neurocirugía, la mayoría de nuestros cirujanos empiezan su día laboral desde muy temprano y terminan bien tarde, algunos incluso no llegan ni a ver el sol salir. Muchas veces, cuando salimos de una operación, debemos quedarnos a observar la evolución del paciente hasta garantizar que no haya ninguna reacción adversa. Las intervenciones quirúrgicas que realizamos no tienen una duración de tiempo determinada, y los doctores no regresarán a su casa hasta que el estado de salud del paciente se encuentre estable”. 

En promedio, el hospital de Cho Ray atiende por semana de 20 a 30 casos neuro-oncológicos y realiza más de 30 operaciones de la columna vertebral y diferentes neurocirugías relacionadas con el traumatismo. La sobrecarga en esta institución sanitaria ocurre frecuentemente.

En ese sentido, el profesor asociado y doctor Huynh Le Phuong, jefe del Departamento de Neurocirugía del hospital de Cho Ray, comentó que las operaciones más sencillas duran de 3 a 4 horas, mientras las más complejas podrían demorar hasta 8 horas. Esto implica un alto nivel de concentración y la determinación para trabajar bajo presión. 

Para la neurocirujana Mai Linh, la pasión por salvar vidas supera las permanentes tensiones del trabajo. Por esa razón, gana de sus colegas enormes respeto. Le Phuong dijo: “Desde que la doctora Mai Linh se graduó y terminó su internado empezó a trabajar en nuestro Departamento de Neurocirugía. Nunca se detiene ante las apretadas agendas del hospital. Además de las consultas y operaciones que debe realizar a diario, participa también en las investigaciones científicas del departamento. Para mí, Linh tiene enormes potencialidades para avanzar en esta carrera en el futuro, ya que casi todas las operaciones a su cargo han terminado satisfactoriamente”.
Tran Thi Mai Linh, “la rosa de acero” de la neurocirugía en Vietnam - ảnh 2Tran Thi Mai Linh presenta el plan de tratamiento de un caso a colegas del Departamento de Neurocirugía del hospital Cho Ray.

Tanto los enfermos que tuvieron la oportunidad de recibir las atenciones médicas de la doctora Linh, como sus familiares, la consideran una gran heroína. Ella ha logrado regalar a sus pacientes la oportunidad de seguir con una salud estable, incluso en las fases terminales del padecimiento. 

Entre los casos que ha atendido Mai Linh está el esposo de Nguyen Thi Tam, residente en la provincia sureña de Kien Giang, que padecía cáncer cerebral fase 3. Hace dos años, la doctora y su equipo lo operaron y en la actualidad su esposo se encuentra en óptimas condiciones y bajo un chequeo general cada 6 meses. Desde entonces, la familia de Tam no deja de agradecer al equipo de la neurocirujana Mai Linh. 

“Es una doctora muy atenta. Durante el periodo de distanciamiento social impuesto por el covid-19, a la hora que fuera me respondía todas las llamadas y me daba las indicaciones de primeros auxilios necesarios para atender a mi esposo”, precisó Tam. 

La historia de Tran Thi Mai Linh ha demostrado la enorme capacidad de las mujeres en cualquier campo de trabajo, hasta los más desafiantes y de poca presencia femenina como la neurocirugía. Por eso, a “la rosa de acero” la positiva evolución de los pacientes le sirve de motor para mantener latente su pasión por la labor de salvar vidas. 

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