(VOVWORLD) - Con el distanciamiento social obligado, Hanói se vuelve más tranquilo y para muchos ciudadanos, más hermoso.
Las aceras de la calle Phan Dinh Phung están cubiertas de hojas caídas de los árboles. Normalmente, estarían llenas de fotógrafos para captar esta bella escena.
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Solo unos pocos vehículos circulan por la calle Yen Phu, donde todos los peatones llevan una máscara protectora.
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El antiguo depósito de agua de Hang Dau.
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Una calle que bordea el lago del Oeste (Tay Ho). A pesar del buen clima, pocas personas abandonan sus hogares.
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El área de la Catedral de San José es un lugar obligado para los turistas al visitar Hanói. Las cafeterías callejeras, generalmente llenas, están todas cerradas.
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La encrucijada de Ta Hien-Luong Ngoc Quyen, a las 20:00 horas. Antes del brote, estos bares y restaurantes nunca estaban cerrados a esta hora.
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La encrucijada de Cua Nam-Le Duan, una de las más concurridas de la capital vietnamita.
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En Hang Dao, todas las tiendas están cerradas. Desde el inicio de la epidemia, la calle ya no está abierta a los peatones después de las 19:00 horas como antes.
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