En particular, la Declaración reafirma que la cooperación estratégica y económica, el intercambio pueblo a pueblo entre dos países y la asociación estratégica integral recién establecida no sólo contribuyen al beneficio mutuo sino también a la visión común para construir una región del Indo-Pacífico abierta, inclusiva y próspera.

También señala que la estabilidad regional, particularmente en el Mar del Este, reside en el cumplimiento del derecho internacional en el ámbito marítimo. Además, la Declaración Conjunta remarca que se deben resolver las disputas de manera pacífica, de acuerdo a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982.

Australia y Corea del Sur reiteraron la importancia de mantener la libertad marítima y aérea en la región y al mismo tiempo prometieron fortalecer la cooperación para mantener estos principios en el contexto de que surjan cada vez más riesgos de desestabilización en las aguas.

En cuanto a las relaciones con los países del Sudeste asiático, los dirigentes australianos y surcoreanos se comprometieron a consolidar la cooperación en los sectores de inversión de infraestructura, conectividad marítima, así como en el ciberespacio y la tecnología en apoyo a la revolución digital de los países en esta región.