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El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, destacó durante el acto de presentación la importancia de volver a tener una política industrial "innovadora y totalmente digitalizada" para aumentar la competitividad del país, después de décadas de declive de esta actividad en favor del sector de los servicios y del agropecuario.

Agregó que los recursos serán gestionados por bancos y agencias públicas e incluirán líneas de crédito e inversiones no reembolsables en innovación e investigación. El objetivo es elevar la producción brasileña en las esferas claves como la de los medicamentos, en la cual se quiere pasar de una participación del 42 % de la producción nacional al 70 %, así como mecanizar el 70 % de los establecimientos de agricultura familiar con máquinas fabricadas en el país.

Además, el plan del Gobierno busca aumentar el porcentaje de empresas digitalizadas, del 23 % actual a un 90 %, y ampliar en un 50 % el uso de biocombustibles en materia de transporte para alcanzar una reducción del 30 % en la emisión de carbono por parte de la industria.

Brasil subió el año pasado 20 posiciones, del puesto 78 al 58, en el escalafón de desempeño de producción industrial mundial elaborado por el centro de análisis Instituto de Estudios para el Desarrollo Industrial, pero esto se debió principalmente a la contracción del sector a escala global.

La industria, cuyo peso en la economía brasileña ha menguado en las últimas décadas, representa hoy alrededor de una cuarta parte del PIB, que extrae la mayoría de su valor de los servicios.