Por José Llamos Camejo (exclusivo para La Voz de Vietnam)

La Feria Internacional del Libro, “fiebre de lectura” que cada año recorre a la mayor isla del Caribe, concluyó su XXVI edición, ésta vez en Santiago de Cuba, la ciudad heróica que acoge las cenizas del Comandante  en Jefe Fidel Castro Ruz, merecedor de múltiples homenajes en las diferentes etapas del extraordinario evento cultural.

Durante 66 días la XXVI Feria Internacional de Libro recorrió toda Cuba.Los organizadores estiman en más de un millón el número de personas que visitaron  la feria.

Se estima que la feria arrastró a más de un millón de personas, entre cubanos y extranjeras, quienes accedieron a los 4 millones de obras, incluidas unas 700 novedades editoriales procedentes de 46  naciones, entre ellas Rusia, Irlanda, Suiza, Perú, Guatemala, Argentina, Venezuela, Colombia y Canadá; ésta última, como país invitado de honor, acudió con obras de treinta escritores.

Esta vez la “fiebre literaria” devino en cálida reverencia a la vida,  obra y ejemplo del Líder histórico de la Revolución Cubana, pues, además de los 25 libros dedicados a su extraordinaria figura, el coloquio Fidel, política y cultura, dejó escuchar a historiadores, intelectuales, periodistas, y personalidades cubanas y de otras latitudes, quienes intercambiaron sobre la vigencia del pensamiento, los valores y el ejemplo de Comandante en Jefe.

Las obras dedicadas al líder histórico de la Revolución Cubana, despertaron especial interés entre los lectores. La épica de la Revolución Cubana estuvo presente en el extraordinario evento cultural.

Durante sesenta y seis jornadas, la XXVI Feria Internacional del libro, que también dio rienda suelta a los intercambios sobre creación literaria y declamación de poesías en las voces de sus autores, estuvo dedicada al político, intelectual y escritor cubano, Armando Hart Dávalos, y homenajeó  a otras personalidades extranjeras y del país, con aportes notables a literatura, o notable incidencia en ella.

La sesión final del evento, que dejó caer en sus cortinas imaginarias en Santiago de Cuba, concluyó con la presentación de un álbum realizado por ocho fotógrafos cubanos, y que devuelve en imágenes los principales momentos del homenaje que toda Cuba le rindió a su líder eterno, cuando sus cenizas recorrían las calles, carreteras, comunidades y plazas de la isla.