El presidente israelí Isaac Herzog (d) y el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, en la reunión del 1 de mayo en Tel Aviv. (Foto: AFP/VNA).

Blinken enfatizó que la liberación de los rehenes está “en el centro de todo lo que Estados Unidos está tratando de hacer”. Se estima que 129 israelíes siguen detenidos en Gaza, de los cuales 34 se cree que están muertos. 

Durante una reunión el mismo día con el primer ministro Benjamin Netanyahu en Jerusalén, el jefe de la diplomacia estadounidense reafirmó la protesta de Washington contra el plan de Tel Aviv de atacar Rafah, una ciudad en el sur de Gaza. 

En reacción, el mismo día, el alto funcionario de Hamás, Sami Abu-Zuhri, advirtió que su fuerza detendría todas las negociaciones indirectas con Israel si llevaba a cabo operaciones militares contra Rafah.  Tambien afirmó que su organización tiene fuerza suficiente para proteger al pueblo palestino. 

Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, afirmó que el ejército del país hebreo está preparado para llevar a cabo "cualquier misión que se le asigne en la ciudad de Rafah, de la Franja de Gaza.

Previamente, Israel reabrió el paso fronterizo de Erez para que los vehículos de transporte con ayuda humanitaria entren a Gaza. La medida se produjo después de que Estados Unidos pidiera a Tel Aviv que hiciera más esfuerzos para resolver la crisis humanitaria en la zona.