Migrantes procedentes de Ciudad Juárez (México) cruzan el río Grande para encontrar la manera de entrar a Estados Unidos. (Foto: AFP/VNA)

Anteriormente, en la llamada telefónica del 21 de diciembre entre el presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo mexicano, ambas partes debatieron medidas para coordinar el control de puentes y pasos fronterizos para frenar la afluencia récord de migrantes que inundan esta zona.

Según los datos, en los últimos tiempos miles de personas han transitado diariamente por carretera por localidades mexicanas con el propósito de cruzar a Estados Unidos. La mayoría de los migrantes son ciudadanos de países de Centroamérica y el Caribe. Este número inusualmente alto de inmigrantes corre el riesgo de crear una nueva crisis.

Luis García Villagrán, coordinador de una organización humanitaria, dijo: “Todos estos inmigrantes quieren venir a Estados Unidos y el Gobierno estadounidense lo sabe. La realidad es que aquí hay un conflicto de baja intensidad, incluidas unas protestas y una crisis humanitaria en curso. Sin embargo, no se despliegan los recursos necesarios para hacer frente a estos desafíos”.

La inmigración ilegal es un tema que atrae gran atención por parte de la opinión pública y la política estadounidense. El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, envió el 21 de diciembre una carta a la Casa Blanca pidiendo al presidente Biden que tomara medidas ejecutivas para prevenir la inmigración ilegal en la frontera sur. Las negociaciones en el Congreso norteamericano para endurecer la política fronteriza también se han acelerado en las últimas semanas. Mientras tanto, el gobernador de Texas, Greg Abbott, firmó una ley que faculta a la policía estatal y local para arrestar y deportar a los migrantes sorprendidos cruzando ilegalmente la frontera.