Con anterioridad, cientos de jóvenes locales se concentraron en las calles para bloquear las vías hacia el Centro de Convenciones y Exposiciones de la ciudad a fin de rechazar la ceremonia de izamiento de la bandera. Sin embargo, el acto tuvo lugar gracias a que la policía logró impedir que los manifestantes ingresaran al recinto.

El mismo día, la líder de Hong Kong, Carrie Lam, criticó la violencia de los manifestantes, que ocuparon y luego fueron desalojados de la Asamblea Legislativa hongkonesa. Calificó de “inaceptable” esa acción. Mientras, la policía dio el ultimátum a los manifestantes y les advirtió que adoptará medidas más contundentes contra quienes insistan en ocupar el edificio del Consejo Legislativo, donde se reúne el gobierno.

Entretanto, la Unión Europea llamó a “evitar la escalada” y recurrir al diálogo. “Las acciones de hoy por parte de un pequeño número de personas no son representativas de la gran mayoría de los manifestantes, que han sido pacíficos hasta ahora”, declaró una vocera de la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini.