Se trata de una jornada que comienza desde la puesta del sol del 27 de Nisán, según el calendario hebreo, en homenaje póstumo a los seis millones de judíos asesinados durante la Segunda Guerra Mundial.

En esta ocasión, el presidente israelí, Reuven Rivlin, depositó una corona de flores en Yad Vashem, la institución oficial ubicada en el Bosque de Jerusalén.

El mismo día, el primer ministro Benjamin Netanyahu colocó una ofrenda floral ante el monumento a las Víctimas de Actos Terroristas en un evento separado, también llevado a cabo en dicho centro.

A las 10 de la mañana del 8 de abril, las sirenas sonaron durante dos minutos en todo el país, con las que se suspendieron momentáneamente todas las actividades cotidianas. Los ciudadanos permanecieron en silencio, mientras los establecimientos públicos se cerraron.

Durante todo el día, la televisión y la radio transmitieron canciones y documentales sobre el Holocausto y todas las banderas quedaron a media asta.