Los debates acerca de los temas espinosos no alcanzaron avance alguno, tales  como los relativos al origen de los productos y, especialmente, la propuesta de Estados Unidos de aumentar del actual 62,5% al 85% la tasa de la producción de los componentes de los vehículos para la zona, así como asegurar que el 50% de los mismos sean del país norteamericano. Mientras, México también adelantó reevaluar el TLCAN cada cinco años en vez de la expiración automática como propuso su vecino del norte.

En relación al programa laboral, tanto Estados Unidos como Canadá exhortaron al país azteca a aumentar el salario mínimo como una medida destinada a evitar el desplazamiento de las instalaciones productoras por parte de los inversionistas a México, debido al bajo costo de su mano de obra. A su vez, el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto declaró que la remuneración de los trabajadores no se incluía en esas negociaciones y que los derechos de los empleados constituyen un asunto interno de cada país.