Ambos líderes consintieron en esa ocasión suspender la aplicación de impuestos adicionales a sus respectivas importaciones por 90 días en espera de un pacto comercial. En este sentido, Estados Unidos postergará el anunciado aumento de aranceles de 10 a 25 por ciento a las mercancías chinas por valor de 200 mil millones de dólares. A cambio, el gigante asiático acordó comprar una gran cantidad de productos agropecuarios, combustibles y otros artículos del país norteamericano, con el fin de reducir el déficit comercial entre las dos partes. Beijing también prometió considerar la ratificación del acuerdo sobre la adquisición de la compañía NXP del productor estadounidense Qualcomm, y reducir el impuesto a las importaciones de automóviles de la primera potencia mundial a menos del actual 40 por ciento.

En caso de que en los próximos 90 días los funcionarios de ambos países no consigan un acuerdo sobre los problemas comerciales bilaterales en cuanto a la transferencia tecnológica, propiedad intelectual, barreras no arancelarias, robos tecnológicos y agricultura, aumentarán las tarifas a sus respectivas importaciones al 25 por ciento.