En una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, efectuada ayer por la tarde en Ámsterdam, Macron dijo que no tenía miedo de las declaraciones hechas por él mismo a principios de esta semana donde defendía este enfoque.

Según el mandatario galo, la política de Francia sobre dicho tema siempre ha sido consecuente, clara e inquebrantable, es decir, a favor del mantenimiento del statu quo y la política de “una China”, así como a favor de la solución pacífica de las controversias, y afirmó que esta es también la posición de Europa.

“Este es un punto de vista acorde con el papel de un aliado. Sin embargo, quiero enfatizar la importancia de que Europa construya la autonomía estratégica. Ser aliado no significa ser vasallo. Hacemos muchas cosas juntos como aliados pero eso no significa que una parte no pueda tener sus propios pensamientos y debe seguir las medidas más duras. Mirando lo que sucede en la realidad, Francia no necesita aprender lecciones de nadie, ya sea sobre la cuestión de Ucrania, la del Sahel o la de Taiwán”, dijo el presidente.

Emmanuel Macron también respondió ferozmente a las críticas de políticos estadounidenses, incluido el expresidente Donald Trump, diciendo que estas personas solo estaban tratando de aumentar las tensiones, mientras que París sigue firme en su respaldo a un Indo-Pacífico libre y abierto y no busca complicar la situación.