Tanques del grupo rebelde Hayat Tahrir al-Sham avanzan en al-Rashideen, provincia de Alepo (Siria), el 29 de noviembre de 2024. (Foto: Reuters/VNA)

El mismo día, el primer ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, destacó que la seguridad de Siria es clave para la estabilidad de toda la región.

  Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, también expresó su compromiso de apoyar firmemente la soberanía y la integridad territorial de Siria mientras que su homólogo ruso, Seigei Lavrov, también mantuvo una conversación telefónica con su homólogo turco, Hakan Fidan, en la cual ambas partes coincidieron en la necesidad de "coordinar acciones conjuntas para estabilizar la situación".
 En Washington, el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca dijo que estaba siguiendo de cerca la situación y que había estado en contacto con aliados regionales durante las últimas 48 horas.
En otro hecho relacionado, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR), con sede en Londres (Reino Unido), afirmó que el grupo rebelde Hayat Tahrir al-Sham (HTS), conocida anteriormente como Frente Nusra, controlaba el aeropuerto de Alepo y decenas de de los pueblos cercanos después de capturar la mayor parte de esta ciudad.
Los combates dejaron al menos 327 muertos. HTS también ordenó un toque de queda en la ciudad hasta las 5:00 p.m. del 1 de diciembre.
 Ante esta situación, Rusia llevó a cabo ataques aéreos en algunas zonas de esta ciudad, por primera vez desde 2016. Moscú había prometido proporcionar más ayuda militar a Damasco, que se espera llegue en las próximas 72 horas.
  Los combates en Siria estallaron en el contexto de la seguridad regional perturbada por los conflictos en Gaza y Líbano.
Aunque no ha habido un final completo, el conflicto en Siria, que comenzó en 2011, ha permanecido controlado durante años después de que Irán y Rusia ayudaron al gobierno del presidente al-Assad a recuperar la mayor parte del territorio del país.