(VOVworld) – Rusia no tiene intención de violar la soberanía de Ucrania y ninguno de sus ciudadanos quiere la guerra con el vecino país. Lo reiteró el vice ministro ruso de Relaciones Exteriores, Gregory Kasarin, en la emisión del 2 de marzo del canal televisivo Rusia 1.

El vice canciller ruso destacó que lo acontecido en Ucrania es trágico y Moscú aboga por la estabilización y prosperidad de esa nación. Rusia rechaza cualquier declaración que incite a hostilidad y conflicto entre los dos países y apoya a todas las fuerzas interesadas en mejorar las relaciones bilaterales, recalcó el diplomático.

El mismo día, en un mensaje divulgado en la red social Facebook, el primer ministro ruso, Dimitry Medvedev declaró que las actuales autoridades en Ucrania han arrebatado ilegalmente el poder al presidente constitucionalmente elegido, Victor Yanukovich. Rusia necesita de una Ucrania fuerte y estable, dijo Medvedev.

Ante la escalada de tensiones en Ucrania, la comunidad internacional llamó a encontrar un arreglo político a la grave crisis que está viviendo ese país de Europa oriental. La canciller alemana, Angela Merkel, en conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, enfatizó en la necesidad de hallar un arreglo en aras de la distensión política. En su respuesta, Putin dijo que Moscú actuará cuando la seguridad y los intereses de la comunidad de rusoparlantes en Ucrania se vean amenazados.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China instó a las partes en Ucrania a respetar el Derecho, encontrar una solución mediante el diálogo, basado en las leyes nacionales, garantizar los intereses legítimos de la población de todas las etnias y restablecer cuanto antes el orden social. Mientras tanto, Estados Unidos, Reino Unido y Francia anunciaron represalias y el cuestionamiento  de la membresía de Rusia en el Grupo de 8 países más desarrollados (G8) y la Conferencia cumbre del bloque en Sochi en el próximo mes de junio. Ante la propuesta de excluir Rusia del G8, Alemania hizo hincapié en que se trata del único canal de diálogo entre Occidente y Rusia y aconsejó abstenerse de adoptar  la medida.