La ministra de Relaciones Exteriores de Japón, Yoko Kamikawa, habla en conferencia de prensa en Tokio, 7 de noviembre. (Foto: AFP/VNA)

En cuanto al conflicto Hamás-Israel, los delegados enfatizaron la importancia del cumplimiento del derecho internacional humanitario en el conflicto en curso en Medio Oriente. También acordaron pedir el establecimiento de un corredor para facilitar la asistencia de emergencia, la evacuación de civiles y la liberación de los rehenes. Destacaron además la importancia de la solución de dos Estados como el único camino para lograr una paz estable y duradera.

Para la región del Indo-Pacífico, los ministros de Relaciones Exteriores del G7 coincidieron en la necesidad de mantener y fortalecer un orden internacional libre y abierto basado en el estado de derecho, y afirmaron que no se aceptarán intentos unilaterales de cambiar el status quo en esta zona. También expresaron el firme apoyo del grupo a una céntrica y unida Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), promoviendo la cooperación de acuerdo con la Visión de la agrupación sobre los océanos Índico y Pacífico.

Respecto a las relaciones con China, los cancilleres abogaron por mantener una relación estable y constructiva con el gigante asiático y reiteraron la trascendencia de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) en el manejo de las disputas en el mar y los océanos.

El G7 también expresó su preocupación por los últimos ensayos de misiles norcoreanos. Reafirmaron asimismo la postura unánime del bloque de imponer sanciones severas a Rusia, y de promover esfuerzos para el restablecimiento de la paz en Ucrania.

Además, los titulares se comprometieron a reforzar la solidaridad internacional para resolver los desafíos globales, tales como el cambio climático, el desarme nuclear y la igualdad de género, incluida la elaboración de una agenda de mujeres, paz y seguridad.