Según las autoridades locales, al menos 113 personas murieron y casi 530 resultaron heridas en la provincia de Gansu. La catástrofe también causó 14 muertos y 198 heridos en la ciudad de Haidong, situada en la vecina provincia de Qinghai.

Unas 155 000 viviendas quedaron destruidas, lo que supone la peor cifra de muertos tras un terremoto en China desde 2014, cuando más de 600 personas fallecieron en la provincia de Yunnan.

Operaciones de rescate en Gansu el 19 de diciembre de 2023. (Foto: Xinhua/VNA)

Más de 1400 bomberos y socorristas fueron enviados a la zona del desastre, mientras que más de 1600 estaban en espera de ser enviados también.

Durante su visita a China, el primer ministro de Rusia, Mikhail Mishustin, anunció que su país estaba dispuesto a ayudar al gigante asiático a superar las consecuencias del terremoto movilizando las fuerzas del Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia.

Por su parte, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, envió un mensaje de condolencias a las familias de las víctimas de la catástrofe, declarando que Tokio estaba dispuesto a proporcionar toda la ayuda necesaria a Beijing.