(VOVworld) – Vietnam rechaza categóricamente el ataque con bombas ocurrido el 17 de agosto en Bangkok, provocando numerosas víctimas mortales y lesionadas y desea que los responsables del atentado sean sancionados debidamente, afirmó el portavoz de la Cancillería vietnamita, Le Hai Binh en declaraciones a medios de comunicación. El vocero transmitió también el profundo pesar del gobierno de Hanoi hacia el pueblo de Tailandia y de los países con ciudadanos afectados por dicho asalto y a la familia de estas víctimas.

Policías de Tailandia investigan el escenario del ataque con bombas

Mientras tanto, el secretario general de la Organización Mundial del Turismo, Taled Riifai condenó este martes el ataque con bombas en Bangkok considerándolo como un perjuicio directo contra la vida y la economía de Tailandia, especialmente su industria predominante, el turismo. El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank Steinmeier repudió dicho atentado cruel y expresó la esperanza de que las autoridades tailandesas arresten con prontitud a los autores del incidente. Por su parte, gobiernos de diferentes países asiáticos denunciaron el atentado y advirtieron a sus ciudadanos que permanezcan atentos luego de dicho asalto. El mismo día, Hong Kong propuso a los turistas nacionales evitar los viajes a Bangkok. Entretanto, el gobierno camboyano reforzó la seguridad y pidió a las fuerzas policiales de diferentes localidades actualizarse en las informaciones relacionadas para prevenir los atentados similares en el país.

El mismo día, Tailandia publicó un video que muestra la imagen de un sospechoso de haberse involucrado en la tragedia del 17 de agosto. La policía nacional ha mantenido la búsqueda activa de este hombre. Entretanto, se registró este martes otra explosión en un muelle en Bangkok. Según el periódico Bangkok Post, un artefacto fue lanzado desde el puente Sathorn y explotó bajo el agua. Pese a la presencia de autoridades locales en el escenario, no se ha reportado ninguna pérdida humana. Este hecho se produjo después del ataque con bombas del 17 de agosto en el santuario Erawan, cobrando 22 vidas e hiriendo a 125 personas, entre ellas, las provenientes de China, Malasia, Singapur, Filipinas y Vietnam.