(VOVWORLD) - Callejones, calles estrechas, mercados y antiguos edificios de apartamentos: esta es la estampa general que podemos observar en Hanói. Así se refleja en el documental titulado “Mi Hanói”, producido por Jean-Noel Poirier, quien trabajó como embajador extraordinario y plenipotenciario de Francia en Vietnam desde julio de 2012 hasta septiembre de 2016. A través de este, el ex diplomático espera transmitir su punto de vista sobre la capital del país indochino.
El antiguo embajador francés, Jean-Noel Poirier, durante la producción de la película (Foto: hanoimoi.com.vn)
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“Quiero hacer una película sobre mi propia experiencia en Hanói, sobre sus características y su gente. Es un lugar que forma parte de mi alma y para mí es como mi segunda tierra natal.” Esas son las palabras con las que Poirier comienza dicha cinta, en la cual invita a los espectadores a participar en una aventura por la capital del país indochino. Este antiguo embajador estuvo 9 años viviendo y trabajando en Vietnam, 4 de ellos en Hanói. Durante ese tiempo, paseó por muchos rincones de la ciudad para descubrir y experimentar la belleza cultural local, mientras que grababa momentos inolvidables. Poirier contó: “Llegué a todos los distritos, desde los que hay en el centro hasta los más lejanos. Encontré muchos sitios interesantes y hermosos. Quiero compartirlo y quiero llevar a otras personas a los rincones menos conocidos u olvidados. Muchos diplomáticos eligen escribir libros sobre los lugares en los que vivían pero yo prefiero la cinematografía porque para mí, es la manera más adecuada para transmitir a los vietnamitas mis pensamientos y sentimientos hacia Hanói.”
En realidad, durante los 52 minutos que dura este documental no aparecen los edificios icónicos de Hanói que siempre están atestados de turistas, sino que vemos tiendas callejeras de comida, antiguas zonas residenciales, vías estrechas, trabajadores modestos y por supuesto, tráfico. Para Poirier, esto es lo que conforma la auténtica alma hanoyense. Ngo Hoang Anh, una espectadora, manifestó: “Los lugares que aparecen en el documental de Poirier no son extraños para los ciudadanos de la capital. Pero, lo interesante es la manera en que nos los muestra, gracias a la cual nosotros podemos percibir otros aspectos muy peculiares en ellos. El diplomático ha cumplido con su compromiso en el principios de la película.”
Por su parte, Le Manh Hung, quien también vio el documental, expresó: “Me impresiona la escena donde el embajador come en las tiendas callejeras de “pho” o de “banh cuon”, platos diarios de los vietnamitas, y mantiene conversaciones con sus dueños. Él parece un nativo conociendo todas las comidas típicas de la localidad.”
Bajo la perspectiva de Poirier, el Hanói de Vietnam tiene semejanzas con el París de Francia y la Venecia de Italia, todas ciudades que poseen barrios antiguos con estrechos callejones. Por esta razón, en su cinta frecuentemente aparecen imágenes de calles europeas, para que el público pueda compararlas.
Para poder presentar un producto más completo a la audiencia de la capital, el ex diplomático acudió a la ayuda de su hermano mayor, el director cinematográfico Henri-Louis Marcel Poirier, quien le acompañó a todos los rincones de Hanói. “Había días en los que salíamos de la Embajada al mediodía simplemente para pasear por las calles. Llevaba una cámara y grababa todos los sentimientos de mi hermano. Descubrimos la capital juntos. Jean me inspiró.”
Mientras, Jean-Noel Poirier reveló en tono divertido: “Mi carrera es la diplomacia, no es la cinematografía. Pero esta vez pude actuar como asistente de director. Mi trabajo era muy duro cuando tenía que conducir, llevar los equipos y resolver los problemas. Entendí que ser un asistente es más difícil que ser un diplomático.”
Según compartió el ex embajador, “Mi Hanói” es su regalo a los habitantes hanoyenses. Por eso, participó en todas las fases de su producción, desde el nacimiento de la idea hasta la escritura de los comentarios en vietnamita y en francés. Con sus 20 años de aprendizaje del idioma del país indochino, usa un lenguaje muy sencillo, acercando a los espectadores a sus pensamientos.
El documental finaliza con la melodía “Recordar el otoño de Hanói”, del compositor Trinh Cong Son, dejando al público con una sensación de tranquilidad sobre la capital vietnamita. Se espera que después de ver esta película, los espectadores estén inspirados para descubrir las bellezas escondidas de esta ciudad.