Como es habitual cada domingo, a las 9 horas de la mañana, una pequeña feria se efectúa frente a la casa número 160 de la calle Trieu Viet Vuong, en Hanoi, donde se reúnen los filatelistas para hacer negocios, intercambiar y admirar sus estampillas postales y satisfacer su afición por los pequeños sellos de correos.
Viejos y jóvenes, todos atentos en las colecciones
Este pequeño espacio ante la casa del señor Pham Hao, un coleccionista muy conocido en esta ciudad, es el punto de encuentro de los filatelistas, hanoyenses en su mayoría, pero también de otras localidades. Su reputación se extiende hasta el extranjero, y a esta feria acuden filatélicos de todas edades y géneros. Pese a ser menos animado que otros mercados, este local atrae a los aficionados por sus simples muebles donde se sientan para tomar un café o un té, mostrándose las colecciones y comentando sobre su belleza y sus valores. Según el señor Dao Duc Long, un reconocido coleccionista de Hanói, es difícil resistir esta delicia si alguna vez se ha sido aficionado a los sellos de correos.“La filatelia requiere de un conocimiento diverso, de historia, geografía y ciencia, entre otros aspectos de la vida. Por eso los filatelistas deben estudiar mucho sobre las estampillas de su colección a través de libros y otros materiales.”
También según Hoang Anh Tuan, un estudiante de Hanoi, coleccionar sellos es un recreo meticuloso, que exige a sus fieles conocimientos y mucho trabajo. Lo más interesante es que, mediante cada estampilla, los coleccionistas acumulan singulares conocimientos culturales, históricos y artísticos, afirmó Tuan.“La primera cualidad que debemos tener los filatelistas es la paciencia. Al coleccionar sellos, adquirimos más conocimientos, pues cada estampa nos muestra imágenes que enseñan de la historia, la vida y la situación socio-económica de Vietnam y otros países en diferentes etapas.”
La colección de la heroína Mac Thi Buoi, la más cara de Vietnam
Las colecciones filatélicas abarcan diferentes temas, y los más frecuentes son las orquídeas, las personalidades como el Presidente Ho Chi Minh, el Ejército, los empresarios, animales y paisajes. Las conversaciones en este mercadillo se enfocan siempre en los sellos, sobre todo sobre los más caros, los más preciados por su larga historia y también los con errores en la imprenta y publicación, etc… Se habla mucho de la colección sobre la heroína Mac Thi Buoi, fechada en noviembre de 1956, con un valor de 550 hasta 600 dólares, o la colección publicada en ocasión del 700 aniversario del natalicio del gran letrado Chu Van An (1292-1992), célebre por varios errores históricos: por ejemplo, el erudito fue dibujado con espejuelos, cuando estos aún no existían en Vietnam, y el rótulo conmemoraba su muerte, no su nacimiento. Curiosidades como esta amenizan las mañanas dominicales, junto a la alegría de cada nueva estampilla. Pham Hao, dueño de la casa y fundador de este mercado de sellos dijo:“Los filatelistas en general y los jóvenes aficionados en particular frecuentan este mercado con el deseo de disfrutar y poseer bonitos sellos, además de adquirir nuevos conocimientos a través de las estampillas.”
De hecho, visitar el mercado de sellos no solo permite satisfacer la afición por los sellos, sino también compartir ciertos conocimientos adquiridos que no son fáciles de encontrar en otros espacios. El señor Hao y los filatelistas hanoyenses esperan que este mercado atraiga cada vez a más visitantes, pues, además de ser un hobby, la filatelia también contribuye a preservar los valores históricos y culturales del país./.