(VOVWORLD) - A 14 kilómetros al este del centro de Hanói, se encuentra una aldea artesanal de 1000 años de antigüedad que se llama Bat Trang, al lado del tranquilo río Rojo. Al entrar en el portón, los visitantes se sorprenderán por una amplia gama de cerámicas y porcelanas, sus productos típicos. Allí, hay tanto jarrones, vajillas y floreros como otros productos para la decoración del hogar. En los últimos años, este lugar ha sido conocido como un destino turístico atractivo en la capital vietnamita.
“Todos los artículos de aquí son fabricados por los aldeanos mismos. Tenemos más de 1000 familias productoras pero cada una solo se especializa en un tipo de producto. Por ejemplo, hay una que se dedica a los jarrones y otra a las lámparas de cerámica. Por esta razón, no hay competiciones entre ellas, sino ayudas mutuas por el desarrollo común”. Así lo contó Duong Van Khai, dueño de una tienda en el mercado de Bat Trang, situado en la entrada de la aldea. Desde aquí, hay una vía que conduce al centro, donde se concentran la mayoría de los talleres productores. En el camino, se pueden encontrar algunas casas antiguas que siguen manteniendo su arquitectura original, con ladrillos hechos de cerámica con más de cientos de años de antigüedad y paredes llenas de carbones negros. Según dijo un aldeano, los muros son lugares ideales para secar los carbones, antes de usarlos en los hornos para fabricar los productos cerámicos. Vu Thi Minh Chau, una guía turística, dio a conocer: “La aldea se fundó en el siglo XI cuando el emperador Ly Cong Uan decidió trasladar la capital de Hoa Lu, en la provincia norteña de Ninh Binh, a Thang Long, que adoptó después el nombre de Hanói. Los ceramistas que le acompañaron eligieron esta tierra para establecerse, gracias a su abundante arcilla blanca. Hoy en día, el pueblo ha ido creciendo y solo quedan algunas casas antiguas a la orilla del río Rojo.”
Una tienda en el mercado de la aldea de cerámica Bat Trang (Foto: Internet)
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Desafortunadamente, la arcilla blanca ahora se ha agotado. Los habitantes locales tienen que ir a buscarla a la del aldea de Truc Thon, de la provincia de Hai Duong. Después de transportarla a Bat Trang será filtrada de las impurezas y triturada para obtener la plasticidad. Cuando alcanza una textura adecuada, será utilizada para la producción. El artesano Le Xuan Viet, jefe del taller de pinturas cerámicas Viet Lan, explicó: “Para hacer un jarrón o una plato se pueden usar las ruedas de alfarero. Sin embargo, en las pinturas que hago yo uso los moldes. Ahora, se aplica la tecnología del moldeado también a los primeros productos, con el fin de ahorrar la materia prima, aumentar el rendimiento y reducir el número de productos defectuosos.”
Después de que darle la forma a los productos, estos serán secados bajo la luz del sol y después pintados. Viet agregó: “Para el cuadro de la budista de la compasión Avalokiteshvara que estoy realizando, después de sacarlo del molde, tengo que remarcar las líneas del arco iris que la rodea y otros detalles, para que sean más claros y más suaves. Entonces, usó unos pinceles especiales y una tinta de óxido de cobalto para pintarlo. Por último, lo esmaltaré y calentaré en el horno a 1300 grados centígrados durante 3 días consecutivos para fundir el esmalte y sellar el recipiente. Solo así, el producto final tiene la durabilidad durante su empleo.”
Paco, colaborador del Servicio de Español de la Voz de Vietnam, está tratando de hacer un vaso en Bat Trang (Foto: Quynh Mai) |
El esmalte diferencia las cerámicas de Bat Trang con las de otras aldeas. Sus esmaltes típicos son de color azul, marrón y turquesa. Especialmente, los lugareños recientemente han inventado un tipo de esmalte peculiar con las líneas de ruptura pequeñas. Para el señor Viet, es el fruto de la investigación y la creatividad de los antepasados: “El alma de la cerámica de Bat Trang radica en los materiales naturales, la durabilidad, el esmalte típico y los motivos pintados manualmente, lo cual hace que cada producto sea único.”
Mientras que a Paco, nuestro colaborador, le impresionó mucho: “Los artesanos de Bat Trang son muy talentosos. Pueden pintar de memoria los estampados en los productos. A mí me gusta también el esmalte de ruptura, es singular.”
Durante más de diez siglos del desarrollo de Bat Trang, sus habitantes siempre se han sentido orgullosos de su oficio y se esfuerzan para conservarlo. Gracias a ello, los aldeanos no solo ganan la predilección de los consumidores nacionales, ya que sus productos también son exportados a muchos países del mundo como Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón, Corea del Sur y Taiwán (China).