(VOVworld) - Tras un año de trabajo afanoso, cuando llega el Tet, los Thai negros en la provincia de Dien Bien, en el Noroeste de Vietnam, limpian sus casas, levantan el árbol del Año Nuevo y preparan un ramo de melocotón, una bandeja de ofrendas con 5 frutas y alimentos necesarios.

Frente al altar, el señor Van Dinh en la comuna de Sam Mun pide que sus antepasados protejan y prodiguen buena salud a todos los miembros de su hogar, que sus hijos y nietos sean buenos y estudien. Según el hábito de los antecesores, el primer día del Tet es del padre, el segundo es de la madre y el tercero es del maestro. Hoy es el cuarto día del Tet y su familia organiza un agasajo para despedir a sus ancestros.

Después de terminar las formalidades, Dinh y sus seres queridos se sientan alrededor de la bandeja de comidas y cuenta sobre las costumbres de su etnia, ya que cuando él sea viejo ellos le sustituirán en esta práctica. “Ante todo debemos decirle a nuestros antecesores que este año nuestra familia ha preparado suficientes frutas: como fruta bomba, naranja, mandarina, toronja, plátano y un ramo de melocotón. En cuanto a los alimentos hemos cocinado algunos platos típicos, entre ellos carne seca, pescado y pollo”.

Los miembros de una familia de la etnia Thai negro
se reúnen en una cena del fin de año

Enseña a sus hijos que el Tet no solo es la reunión familiar, sino una oportunidad para que los parientes y vecinos compartan. “Generalmente cada familia ofrece una comida colectiva para demostrar que se lleva bien con los vecinos. Según la costumbre de cada capa social, el agasajo debe organizarse en un buen día a las 9 o l0 de la mañana.” Dinh agregó que según el linaje, la familia que tiene más generaciones tiene prioridad en ofrecer esta recepción.

Las actividades de culto corresponden a los hombres, mientras los quehaceres gastronómicos los realizan las mujeres. Los Thai no son exigentes en gastronomía, pero en la fiesta tradicional el musgo al fuego, la sopa de tallo de bambú y la carne asada son indispensables. Lo Thi Luong, esposa de Dinh reveló que desde pequeña, la mujer Thai es educada para cumplir los quehaceres domésticos. Los manjares del Tet demuestran su responsabilidad y habilidad. “En los días feriados no comemos pato, sino pollo, parrilladas de carne y pescado seco. Nadie pasa hambre en el Tet, pero las comidas secas son fáciles de ingerir. Ahora con los refrigeradores podemos guardar carne fresca para preparar también comidas calientes después de visitar a los aldeanos”.

Los Thai negros hierven el pastel tradicional "banh chung" en espera
del inicio de las celebraciones del Tet

En la bandeja de alimentos de los Thai negros el pollo y el pescado representan los animales en la tierra y en el agua. Dinh dijo que aunque no necesita prepararse primorosamente, la ensalada de pollo es una buena medicina para la digestión.

La nuera de Dinh se llama Phuong, una Thai blanca, por ello él quiere que ella comprenda y preserve las prácticas de los Thai negros. Phuong dijo que cumplirá todas las enseñanzas de sus suegros relativas a las costumbres del linaje y de la aldea, así como lavarse la cabeza con el agua de arroz antes del último día del año viejo. La señora Luong, sus hijas y nueras siempre lo hacen. “Después del almuerzo los aldeanos llevan todos los trabajos ineficientes del año viejo al arroyo para que la corriente los arrastre al mar junto con los camarones, peces y pulpos.”

Al lado de la bandeja de manjares, los miembros del hogar de Dinh no quieren abandonar sus relatos sobre los hábitos y estilo de vida de la etnia. Al igual que los demás Thai negros, él desea que las formalidades ancestrales sean protegidas y ejecutadas con sincera reverencia.