El faro de Vinh Thuc (VOV)

Desde hace 15 años, a las 7 de la mañana, Nguyen Dinh Vuong, uno de los 9 hombres que trabajan en el faro de Vinh Thuc, comienza su jornada laboral. Su tarea consiste en transportar combustible a la cima del faro, hacer reportes sobre las condiciones climáticas y realizar el mantenimiento. Alrededor de las 11, trabaja junto a sus colegas en la conservación de los generadores de electricidad y los sistemas de baterías y energía solar, así como en la limpieza.

Por trabajar durante tanto tiempo en un lugar alto, en contacto directo con el sol abrasador y la brisa del mar, la cara de este hombre oriundo de Hanói ha tomado un color moreno. Recordó que en los primeros momentos de adaptación al trabajo, el mayor reto para él y sus colegas eran las noches lluviosas y de tormentas, que venían acompañadas de truenos y rayos. Quien trabajaba en el turno nocturno debía resistir al miedo y la intranquilidad. Sin embargo, a medida que ha ido pasando el tiempo, todos se han acostumbrado a la dureza de su trabajo, menos a la morriña, especialmente en las ocasiones festivas como el Año Nuevo Lunar, la festividad de la unión familiar. Nadie expresa su soledad y nostalgia, pero entre los trabajadores hay una gran comprensión y se animan mutuamente para superar las dificultades y cumplir su misión. Vuong dio a conocer: “A veces pasan por aquí algunos grupos de turistas. Estamos un poco más ocupados pero su presencia anima el lugar y nos sentimos más felices. Por las características propias de los faros, trabajamos en los lugares remotos e intrincados. Esas visitas son motivos de nuestra alegría y nos alientan a seguir”.

El funcionamiento eficiente del faro se debe mucho a los trabajadores aquí (Foto: VOV)

Vu Van Dung, procedente de la ciudad portuaria de Hai Phong, es jefe del faro de Vinh Thuc. Imbuyó a cada trabajador  la responsabilidad de mantener siempre iluminado el faro por las noches ante cualquier condición climática que se presente. Para mantener el funcionamiento de la estación, él y sus colegas tienen que controlarlo regularmente para prevenir cualquier eventualidad. Dung dijo: “Hemos determinado entregarnos a nuestra tarea y a no tener ni días feriados ni vacaciones, incluso en el Año Nuevo Lunar”.

Los faros no solo guían las embarcaciones en las noches oscuras, sino que también son hitos que marcan la soberanía territorial. Para los pescadores que faenan en el mar, estas construcciones forman un sostén espiritual significativo. Nguyen Van Thang, pescador en la isla de Vinh Thuc, ciudad de Mong Cai, manifestó: “Considero el faro un semáforo para apoyar la circulación de los barcos en el mar. Nos es muy útil sobre todo cuando hay lluvia o tormenta. Gracias a la luz del faro los capitanes como yo podemos determinar el lugar donde estamos y conducir en la dirección correcta. Representa para nosotros la parte continental”.

Por su parte, Le Thu Huong, también radicada en Mong Cai, expresó: “Realmente admiro a quienes trabajan en el faro. Deben de amar mucho su oficio.  Laboran incluso durante las vacaciones y la fiesta del Año Nuevo Lunar. Los isleños estamos muy orgullosos de tener este faro. Forma parte de esta tierra que amo y crea una identidad propia”.

Sin miedo a las dificultades y penalidades, los que mantienen iluminados los faros siempre trabajan con toda su entrega y responsabilidad. Más que nadie entienden que su luz no solo tiene la función de guiar los barcos por la noche para garantizar la seguridad de esos medios y los pescadores en el mar, sino que también reafirma la soberanía nacional en el Mar del Este.