(VOVworld) - Para los niños discapacitados, su crianza y educación en un ambiente especial es una demanda indispensable. Aunque no es espaciosa y confortable, una escuela especializada será su “segunda familia” que les ayude a vivir, confiar e incorporarse a la comunidad.

La escuela especial Tuong Lai (Futuro) está en la calle de Nam Ky Khoi Nghia (Insurrección de Nam Ky), distrito 3, donde se atienden a 40 niños que padecen estrés, retraso mental y síndrome de Down seminternados. Los menores tienen de 6 a l6 años de edad y la mayoría de ellos no pueden hablar. Do Thi Phuogn Nga, directora del centro docente dijo: “La mayoría de los pequeños de nuestro plantel sufren graves defectos, por ello encuentran numerosas dificultades en cuanto al idioma y habilidad de vida. Por ello, invertimos audazmente en enseñarles aptitudes de vida y desarrollar su idioma acorde a la práctica.”

En este establecimiento, la enseñanza ocupa la atención de la dirección y los  profesores. La maestra Phan Thi Thu Huong, que tiene más tiempo de trabajo aquí,  compartió: “Estos son niños desafortunados. Con todo nuestro  sentimiento hemos  aplicado programas adecuados a sus capacidades. La instrucción es muy difícil, por ello, debemos coordinar con sus familias. Después de dar clases pedimos a sus padres ayudarles a repasar las lecciones en la casa.”

Aunque las bases materiales  son insuficientes, los profesores de la escuela para los niños privados de la audición Hy Vong l (Esperanza) en el distrito l, siempre tratan de crear un mejor ambiente educativo para los alumnos. Además de  instruirles, el centro les enseña habilidades y  estimula vocaciones como la pintura, la computación, el bordado y los oficios artesanales y de bellas artes. Tran Thi Ngoi, directora del plantel consideró: “Al recibir a los maestros nuevos  los formamos para comunicarse con los sordos. Después, lo llevamos a la práctica para que puedan dirigir  las clases y presentar mejor el contenido de enseñanza.”

Ubicado en una esquina de la calle Nguyen Tri Phuong, en el distrito l0, el Centro para los sordos “Bung sang” (Brillante) nutre y educa desde hace 29 años a los párvulos privados de la vista en la mayor urbe sureña.  Muchos de los 30 infantes atendidos  tienen una situación familiar muy difícil. Por la mañana, las monjas  de la institución los llevan a la escuela de educación especial Nguyen Dinh Chieu y por la tarde los reciben para atender y ayudarles a repasar lecciones. Para comunicarse con ellos las  hermanas de la caridad no  vacilaron en aprender la escritura Braile para ciegos. Nguyen Thi Hoang, presidenta de la institución, informó: “Cuando conocemos su escritura, comprendemos qué necesitan y cómo estudian. La coordinación con ellos les ayuda a estudiar más fácilmente.”

No solo por dar alas al futuro de los niños con limitaciones, los centros caritativos abrieron clases vocacionales, sino también con la finalidad de dirigirles al desarrollo integral. Es de resaltar  que los instructores también están  privados de la vista. Ellos no solo imparten clases sino que incentivan, comparten y refuerzan la energía espiritual de personas en la misma situación.

En conmemoración del Día Mundial de protección y atención de los discapacitados, l8 de abril, se espera que haya más establecimientos  para que estos niños encuentren un sostén espiritual. Con conocimientos y aptitudes equipados por la escuela, ellos se integrarán rápidamente en la comunidad  y confiarán más para decidir su futuro.